sábado, 31 de diciembre de 2011

2012: Acción Mutante

Una de las cosas más raras que me encargaron, siendo director de un medio de comunicación, fue redactar, diseñar e imprimir un periódico especial para el rodaje de una película. Fue en 1992 y recuerdo que cuando me telefonearon desde la productora de Pedro Almodóvar para cerrar el acuerdo, a mi amigo y antiguo compañero Eduardo Simón y a mí nos subió un gusanillo por el cuerpo, mitad responsabilidad y mitad morbo por “salir” en “Acción Mutante” , la película de Álex de la Iglesia.
El caso es que cuando nos llegó el material gráfico para elaborar la primera página que aparecería en pantalla leímos la sinopsis de la película. Se trataba de las acciones vandálicas de una extraña mezcla de seres deformes y colonias espaciales donde se cantaban canciones de Massiel y se abastecían con cargueros espaciales que transportaban palitos de merluza.
Los dos nos partimos de risa: la extraña banda terrorista –llamada “Acción Mutante”- estaba formada por seres monstruosos que se vengaba a tiros y bombazos de los ciudadanos “pijos”, ricos o guapos. La banda sonora era del grupo madrileño “Def  Con Dos” y, una vez estrenada, “Acción Mutante” fue un éxito; la película, incluso, obtuvo tres premios Goya.
Evoco esta anécdota porque el film se rodó a principio de los años noventa, pero la acción se desarrollaba en 2012. Un lejano año desde aquella perspectiva temporal, en el que se suponía que –como en la película- en pleno siglo XXI habría seres humanos con capacidad regenerativa de sus tejidos, minusválidos con sillas de ruedas anti gravedad, sujetos híbridos dotados de fuerza extraordinaria y que los comunistas estaban reducidos a enanos jorobados, con tendencias masónicas y homosexuales. Así eran los personajes de la película; nada parecidos –afortunadamente- a los de la sociedad actual, si exceptuamos que el líder era un ciudadano super inteligente, muy culto, con acceso a toda la información y que a pesar de su metro y medio de altura administraba a sus súbditos con precisión y perspectivas de futuro.  
Pero, a lo que voy. Cuando vivíamos en las décadas de los setenta u ochenta, pensábamos que en el siglo XXI los platillos volantes sustituirían a los Seat, los toreros serían robots, comeríamos pastillas de colores en lugar de huevos fritos con ajos y media humanidad estaría desperdigada por tres o cuatro planetas del sistema solar, Plutón incluido. Y, ya ven, estamos en 2012 y seguimos echando gasolina a los coches, merendando en la Plaza de Toros, almorzando pollo con patatas y… eso de comprar una parcelita en Marte, como que no, que luego el Euribor sideral se dispara y la hipoteca se convierte en astronómica.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Lunes, por la mañana...

LUNES, por la mañana,/ sólo veo nubes, por la ventana, /y un mal rollo me sube, por la garganta, / con un fino hilo de luz loca/. Así canta "Estopa" la pésima fama que tienen los lunes. Cosechada, eso sí, desde hace siglos, los lunes gozan de mala prensa desde que se instauró el calendario gregoriano en 1582. Quizás por ello, el trabajador se venga convirtiéndolo en el día menos productivo de la semana, según reflejan las estadísticas del INE.

Los lunes han vuelto a las primeras páginas, gracias a Rajoy; pero el caso es que el anuncio del nuevo presidente del Gobierno de trasladar al primer día de la semana los festivos que caigan en laborables no es nuevo. Según han recordado algunos periodistas, que se documentan y saben buscar en los archivos, el primer Estatuto de los Trabajadores, que entró en vigor el 15 de marzo de 1980, recoge en su artículo 37, que «el Gobierno podrá trasladar a los lunes todas las fiestas de ámbito nacional que tengan lugar entre semana, salvo Navidad, Año Nuevo y 1 de mayo, y aquellas otras que por su arraigo local deben disfrutarse el día de su fecha».

¡Toma ya!; la norma no es tan original, lo que ocurre es que ningún gobierno en los últimos 31 años ha tenido la valentía de aplicarla, quizá para no molestar a los señores sindicalistas, tan preocupados ellos por el bien común de la clase obrera.

Pero, casualidades de los gobernantes, éso de convertir en fiesta muchos lunes del año llega al mismo tiempo que el proyecto madrileño de permitir a los comercios abrir las 24 horas, los 365 días del año. Es decir, esos lunes serán de fiesta, pero menos. Ahora me acuerdo de aquellos calendarios de los años setenta en los que el Jueves Santo venía la mitad del número en rojo y la otra mitad en negro, porque era laborable por la mañana y festivo por la tarde...

Sería buena idea recuperar esa grafía bicolor con esto de "los lunes al sol" por decreto. Muchos almanaques de mesa o de pared vienen -además de con la utilísima información de las fases de la Luna- con días en negro, en rojo y en verde, según sea laborable, festivo o fiesta autonómica, pero luego están las dos fiestas de cada municipio y, ahora, los lunes convertidos en no laborables. Total, un lío. Y, más embrollo aún, los de 2012 ya están impresos y repartidos, así que cualquiera se aclarará durante los próximos 52 lunes del año entrante. Pues nada, seguiremos cantando por Estopa: "Lunes, por la mañana,/ sólo veo nubes, por la ventana…"

lunes, 12 de diciembre de 2011

Muchas ganas de no hacer ná

Un día llegó a la casa un notificador de los juzgados. Ésos que, en los años ochenta, los vecinos de los barrios conflictivos de las grandes ciudades expulsaban a pedradas. Y vino para dejarnos en el buzón, porque subir a un segundo piso con ascensor suponía mucho esfuerzo, la  citación para un familiar. Le instaba a presentarse en uno de los juzgados justo al día siguiente y a una hora exactísima, bajo amenazas legales y reprimendas jurídicas en caso de no hacerlo. Todo correcto, salvo que la citación de esta “Justicia express” venía a nombre de un familiar fallecido hace más de quince años. “No lo sabrán, pensé, mientas bajaba el Paseo con el papel y la documentación que demostraba la imposibilidad de la comparecencia”.  Llevaba todo bien metido en una carpetita azul con gomillas, de ésas que siempre llevan en la mano los sin papeles para –supongo- guardarlos cuando se los den.
El caso es que al llegar a mi destino tuve que esperar un buen rato; la señora o señorita de la dependencia no había tomado posesión aún de su silla y revoloteaba, cual Gaviotín Lagunero, entre las mesas vacías de la habitación al compás del ring ring de los teléfonos. Cuando al fin osó atenderme y le expliqué el caso me respondió en segundos, con una frialdad e indiferencia que, pese al largo tiempo transcurrido, cuando lo recuerdo aún me provocan escalofríos. Me tuve que alegrar el día cantando “Herencia gitana”, de Ángela Molina; esa canción que dice que heredó de sus padres “Muchas ganas de no hacer "ná".
El caso es que he refrescado aquella vivencia cuando he leído en el periódico la noticia sobre la concentración de protesta de un grupillo de trabajadores de la nueva Ciudad de la Justicia. Instados por el mando sindical, se quejan de la distribución que han hecho sus jefes de los aparcamientos gratuitos en la carretera de Ronda. ¡Estoy con vosotros y vosotras, compañeros y compañeras…!
En una provincia con más del treinta por ciento de desempleo, con miles de familias comiendo de la caridad, con autónomos que cierran cada día su pequeño comercio ahogados por los impagados y con padres y madres con prestaciones ínfimas, la mejor prueba de solidaridad social es manifestarse en la calle –ahí, donde lo ve todo el mundo- porque no tienen plaza de aparcamiento gratis mientras trabajan. Con dos pares… Estas cosas se deberían arreglar en las cocinas de las administraciones y las concentraciones públicas dejarlas para, por ejemplo, protestar contra el atropello al ciudadano por citarlo para un juicio para dentro de dos años y medio… pero, claro, como de eso nadie tiene la culpa ¿contra quién se manifiestan?.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Del 14D al 14N

La primera gran huelga general que se celebró con la democracia, en el lejano 14 de Diciembre de 1988, la cubrí informativamente en la calle junto con líderes sindicalistas de la provincia y periodistas de otros medios (Abelardo Alzueta, amigo, DEP).
Aquella huelga general contra la reforma laboral de Manuel Chaves, ministro de Trabajo con Felipe González, sí que fue mayoritaria. A las doce de la noche, TVE –la única- dejó de emitir y durante el día cerraron sus puertas industrias, comercios y colegios. Ocho millones de personas, el 90% de la población activa de entonces, secundaron el paro. Los sindicatos apenas usaron sus comandos de piquetes “informativos” porque casi todo el mundo secundó el paro. Aquellos sindicalistas de los años ochenta, muchos de ellos mayores que padecieron la ilegalidad de sus siglas, eran dialogantes y respetuosos y valoraban más las convicciones ideológicas que los réditos personales. Cargados de razones, obtuvieron un gran éxito.
Del 14D al 14N, se han convocado en España siete u ocho huelgas generales que, por lo que yo veo, cada vez son arropadas por menos personas y con menos convicción por el resultado a obtener; eso sí, con más violencia, más silicona y más mala leche. Es muy difícil que en el país con la afiliación sindical más baja de Europa, los sindicalistas –la mayoría adormecidos por el calor del poder- logren sus objetivos. Sí, luego vendrá Pastrana y cía con la libreta colorá en la mano diciendo que fue un éxito y quienes no la secundaron unos fascistas. Pero el resto del año, esos fascistas están con el agua al cuello y su sindicato administrando subvenciones, liberando del trabajo a compañeros y manteniendo el negocio de la defensa del obrero. En honor a la verdad, aún quedan algunos solidarios y comprometidos con los demás, pero ya son una especie en vías de extinción.
Otro día comentaré mi experiencia con algunos nuevos sindicalistas. Quieren imponer a los demás ideas del XIX y para ellos sueldos del XXI. Por allí pululan, ociosos, en La Cañada. Cuando no están esquiando en Sierra Nevada, fotografían a los “compañeros” con voluntad propia con el único fin de “molestar”. Sujetos que, según sus doctrinas, los demás son negros o blancos, rubios o morenos, de Israel o de Palestina. No admiten matices… pero eso será otro día.
Hoy, con la huelga general del miércoles, me acuerdo de aquellos almerienses de hace un cuarto de siglo que en su sindicato no tenían ni para pagar el teléfono pero que usaban el diálogo, la razón y la modestia para exponer sus ideas a los demás. Esos sí que me gustaban.

martes, 15 de noviembre de 2011

Me gustan los floreros

Me gustan los floreros. Casi todo el mundo se pirra por la flores frescas en detrimento de sus soportes, cuando éstos tienen una vida más larga y se amortizan mejor. Es verdad que hay floreros horrendos, incluso insultantes a la estética, pero están fabricados para durar más que su contenido, que es volátil y pasajero, como decía del clavel el malogrado Alfonso López Martínez, el poeta-pastor del Barranco del Caballar. La flor se marchita y se tira, pero el florero sigue ahí ofreciendo su desnudez en espera de la plenitud del agua y las plantas. Además, qué curioso, los floreros más feos son los más duraderos. Un capullo puede reforzar su valor estético si está con un florero elegante y refinado o perderá su valor decorativo si se pone, de cualquier forma, en un soporte que chirríe con el buen gusto.
Repasando imágenes de actividades públicas de tiempo atrás, me encuentro que en las salas de prensa había floreros que aún permanecen inamovibles, incombustibles al paso del tiempo; si antes hacían lucir un clavelillo o un jazmín ahora portan palmeras de interior, ficus por los que el tiempo no transcurre o incluso cactus, de esos que se chupan las radiaciones de la pantalla del ordenador. Como los floreros me gustan, cada vez que las televisiones locales emiten noticias en las que se ve alguno me fijo para recordar a qué vegetal le protegía antes las raíces y qué clase de estigmas le sobresale, en esta ocasión, por su boca. ¿Saben la conclusión? Pues que el florero anuncia el final de sus días cuando es mostrado en público repleto de flores secas o lleno de tiesos pétalos artificiales, de ésos impregnados en laca mala y que los chinos venden a cuatro euros la media docena.
Por eso, en esta tarde de otoño, quiero homenajear a los floreros porque la sociedad los maltrata y destruye cuando dejan de ser útiles. Creo que el municipio almeriense de Dalías –el pueblo de mi abuela paterna- es uno de las pocas localidades de España que tiene una calle con el nombre de “Florero”. Fíjate que el Google Maps me ha sacado del error, porque yo creía que Níjar –el pueblo de mi abuela materna- era el municipio que le había rendido homenaje en su callejero. No sé qué me habría llevado a esa confusión… quizá por la bonita tradición de sus gentes de adornar los balcones y ventanas de la villa con flores y plantas y de sus antiguos artesanos del torno de fabricarlos a mano con barro cocido. Salvando mi lapsus geográfico, es igual; yo, cada vez más, disfruto viendo un florero. 

lunes, 14 de noviembre de 2011

Me gustan los floreros

Me gustan los floreros. Casi todo el mundo se pirra por la flores frescas en detrimento de sus suportes, cuando éstos tienen una vida más larga y se amortizan mejor. Es verdad que hay floreros horrendos, incluso insultantes a la estética, pero están fabricados para durar más que su contenido, que es volátil y pasajero, como decía del clavel el malogrado Alfonso López Martínez, el poeta-pastor del Barranco del Caballar. La flor se marchita y se tira, pero el florero sigue ahí ofreciendo su desnudez en espera de la plenitud del agua y las plantas. Además, qué curioso, los floreros más feos son los más duraderos. Un capullo puede reforzar su valor estético si está con un florero elegante y refinado o perderá su valor decorativo si se pone, de cualquier forma, en un soporte que chirríe con el buen gusto.
Repasando imágenes de actividades públicas de tiempo atrás, me encuentro que en las salas de prensa había floreros que aún permanecen inamovibles, incombustibles al paso del tiempo; si antes hacían lucir un clavelillo o un jazmín ahora portan palmeras de interior, ficus por los que el tiempo no transcurre o incluso cactus, de esos que se chupan las radiaciones de la pantalla del ordenador. Como los floreros me gustan, cada vez que las televisiones locales emiten noticias en las que se ve alguno me fijo para recordar a qué vegetal le protegía antes las raíces y qué clase de estigmas le sobresale, en esta ocasión, por su boca. ¿Saben la conclusión? Pues que el florero anuncia el final de sus días cuando es mostrado en público repleto de flores secas o lleno de tiesos pétalos artificiales, de ésos impregnados en laca mala y que los chinos venden a cuatro euros la media docena.
Por eso, en esta tarde de otoño, quiero homenajear a los floreros porque la sociedad los maltrata y destruye cuando dejan de ser útiles. Creo que el municipio almeriense de Dalías –el pueblo de mi abuela paterna- es uno de las pocas localidades de España que tiene una calle con el nombre de “Florero”. Fíjate que el Google Maps me ha sacado del error, porque yo creía que Níjar –el pueblo de mi abuela materna- era el municipio que le había rendido homenaje en su callejero. No sé qué me habría llevado a esa confusión… quizá por la bonita tradición de sus gentes de adornar los balcones y ventanas de la villa con flores y plantas y de sus antiguos artesanos del torno de fabricarlos a mano con barro cocido. Salvando mi lapsus geográfico, es igual; yo, cada vez más, disfruto viendo un florero. 

sábado, 5 de noviembre de 2011

“Churruki”, no ves que te ensucias

Eso de ser padre viejo de niños muy pequeños tiene, como todo, sus grandes ventajas e inconvenientes.  Ya no está uno para los trotes de plazoleta y parque que imponen las tardes con niños; el físico no responde como los púber-padres cuyos hijos comparten juegos con los míos. En cambio, yo regulo mejor –mucho mejor- la paciencia que éstos.
El otro día casi me caigo de espaldas cuando un púber-padre gritó como un poseído por el diablo porque su chiquillo había cogido una hojita amarillenta del suelo, de esas que caen con el otoño. -“¡Que te infectas!”, “tírala ahora mismo”, “marrano, caca; suéltala ahora mismo, Arturo José”.
Joder, me dio el cuerpo un respingo cuando oí al púber-padre chillar  y a la madre correr como una liebre, con sus tacones de aguja y bolso a juego, detrás del pequeño para arrancarle de la mano la inocente hojita de olmo que había cogido bajo el árbol. Menos mal que no se dieron cuenta que el pobre Arturo José estaba imitando a mis niños que, a carrera de patinete y bicicleta, me iban trayendo, una tras otra, hojas secas para juntarlas y hacer un ramito para dárselas a su mamá. Casi tuve que esconderlas mientras el pobretico de Arturo José era literalmente arrastrado y envuelto en lágrimas mientras papá y mamá no dejaban de decirle: “Churruki, no ves que te ensucias, Churruki …, hijo mío”. Jó, encima al niño le llaman por un apodo. Mira que está feo eso de llamar a los niños con motes, aunque sean cariñosos… Hay una generación de muchachicos que a pesar de tener el diccionario completo para elegir cómo inscribir a sus hijos en el registro, al final los llaman con apodos extraños y, en algunos casos, hasta ridículos. “Mi Bichito”, “Ratoncito”, “Kuki”, “Gordi”, “Pulgui”… que, claro, oyes éso y no sabes si están llamando al niño o al perro. Lo que digo, paciencia sí que he ganado; más aún cuando algún amigo de tu generación, que hace tiempo que no ves, te lo topas en la calle y te interroga por la familia.
- “¿Qué estudian tus hijos?”, me preguntó, socarrona -y más que por saber, por presumir-, una ex compañera que, como yo, roza el medio siglo, aunque pretenda disimularlo. “La mía ha terminado Medicina”, dijo orgullosa y altiva por tener una doctora en la casa; en paro, pero en la casa. Yo, claro, tuve que activar una buena sobredosis de paciencia y responderle con arte y sin nervios:
–“Mi mayor también está terminando, pero Infantil… Tercero de Educación Infantil, quiero decir”.
–“¡Fíjate, no sabía que quiere ser maestro…!”.
–“¡Ah!, pues yo tampoco lo sabía”, concluí.
-“Bueno, adiós, pues que le vaya bien con los niños”.
Lo que digo; paciencia….

martes, 25 de octubre de 2011

“Almería sin salidas” y así se escribe la historia



El éxito y la acertada celebración del 125º aniversario de la Cámara de Comercio ha refrescado en la memoria, y en el papel, la campaña de publicidad “Almería sin salidas” que, impulsada por los empresarios, tenía como objetivo reivindicar mejores infraestructuras para la provincia. Los lectores más jóvenes no sabrán que, a finales de los años ochenta, en Almería no existía ni un metro de autovía, eran necesarios noventa minutos de coche para llegar a Adra, los trenes con Madrid y Barcelona eran chatarras autopropulsadas con gasoil y embarcar en el aeropuerto era un caos tal que hasta 140 tour operadores amenazaron con no traer más turistas por sus malas condiciones, a pesar de ser el segundo andaluz con mayor tráfico de viajeros. Este aislamiento no impedía que Almería empezara a escalar puestos en la clasificación del PIB nacional gracias a sus emprendedores y al esfuerzo del miles de trabajadores.
No debemos olvidar que, hace un cuarto de siglo, la Junta de Andalucía tenía diseñada la autovía A-92 entre Sevilla y Baza, dejando marginada a la provincia, se proyectaba el cierre definitivo de la línea de ferrocarril Guadix-Almendricos, que atravesaba la comarca del Almanzora o la carretera de El Cañarete era un atasco permanente.
Ante una administración central y autonómica sorda a las exigencias de los colectivos de Almería, el 13 de mayo de 1987 –en plena precampaña electoral de las elecciones locales y europeas de junio- el recién nombrado presidente de la Cámara de Comercio, José Vallejo Osorno, ofreció una durísima rueda de prensa para denunciar la marginación de Almería, leer un manifiesto y anunciar la creación de una comisión de seguimiento para exigir la llegada de nuevas y modernas infraestructuras. Vallejo Osorno compareció junto a José Tara, presidente de los hosteleros, Francisco Martínez-Cosentino Justo, presidente de los empresarios del mármol, Miguel Santaella, presidente de Asempal, Juan Antonio Petit, presidente de Coexphal, Jerónimo Molina, gerente de Coexphal y José María Cosano, secretario de la Cámara de Comercio. Todos los sectores productivos de la provincia – comercio, agricultura, turismo y hostelería y mármol, estaban representados en esa comisión que, en su manifiesto, definía a las infraestructuras de Almería como “deficiencias de dotaciones”, “precaria situación” o “clara discriminación con otras provincias”.  Fue el germen de la creación de la Mesa de las Infraestructuras y de la campaña de publicidad “Almería sin salidas”. Diseñada de forma eficaz, simple y directa hablaba de “Almería, en la cuneta”; “Para el 92 perdemos el tren” y “Nuestro crecimiento en el aire”. Muchos medios de comunicación –no todos- se comprometieron a insertarla en sus páginas y programas de radio de forma gratuita, como altavoz de las necesidades de la provincia.
Aquella denuncia empresarial en plena batalla electoral, con el socialista Martínez Cabrejas luchando por mantener la mayoría absoluta en la capital –que al final perdió- y con el lema del PSOE “Las cosas bien hechas”  se tomó como una afrenta casi personal por los dirigentes socialistas provinciales. Blas Díaz Bonillo –presidente del partido- José Antonio Amate –secretario general- y Tomás Azorín Muñoz –ex gobernador, ex delegado del gobierno en Andalucía y presidente de la Diputación- veían cómo la patronal almeriense –y tímidamente la federación de UGT liderada por Bernabé Navarro- molestaban a sus jefes políticos de Sevilla. Lógicamente, activaron sus armas de contraataque en medios de comunicación y tribunas afines para restar importancia, si no menospreciar, al significativo movimiento empresarial. Así, hubo retirada de publicidad institucional a los diarios y emisoras que se hacían eco de las reivindicaciones, maniobras para atenuar el golpe de efecto empresarial y, lógicamente, reacciones periodísticas de quienes defendían –legítimamente, no hay que olvidarlo- la postura de la Administración. Casualmente, “Almería sin salidas” no aparecía en los medios gestionados o controlados por personas cercanas al partido en el poder. Sé lo que digo porque aquella historia la viví en primera persona como director de un periódico que “osó” dar crédito – también legítimamente – a las reivindicaciones de mejoras para Almería y espacio en el papel a los anuncios de la genial campaña “Almería sin salidas”.
Bueno, pues una de las estrategias periodísticas para desinflar la comisión creada por José Vallejo Osorno fue la de publicar y publicar entrevistas e informaciones emanadas desde la Administración para ridiculizar a quienes pedían para todos autovías y ferrocarril. Aún recuerdo la terrible doble página del verano del 87 en la que el entonces consejero de Cultura, Javier Torres Vela, decía que él venía a Almería de vacaciones “por el placer de no hacer nada” y que los empresarios que estaban invirtiendo en Almería “no eran de Almería”. O, también, cómo el entonces gobernador civil de la provincia Pedro Miguel González Márquez  definió -en su periódico de cabecera-a Vallejo Osorno “de poco razonable y contradictorio”,  las denuncias empresariales de “propaganda feroz” y a la patronal de “pueblerina” porque quería que el tren pasara por su comarca. Otro personaje al que le dieron páginas y páginas fue a Tomás Azorín, quien sin miramientos azotó a los empresarios con dureza en su discurso institucional de toma de posesión como presidente de la Diputación. En los planes de inversiones de Obras Públicas la reprimenda a Almería fue que la A-92 atravesara los Vélez y no la comarca del Mármol –como en su día temía Martínez-Cosentino-, que se cerrara la línea de tren del Almanzora y que el primer tramo de autovía Almería-El Alquián no llegara hasta los años noventa. José Vallejo lo resume perfectamente en el libro editado por Diario de Almería con motivo del aniversario de la Cámara: “La Junta nos castigó…”.
Pero, a lo que voy; 24 años después de aquel pulso, que aún hoy sigue vigente, leo con estupor que quienes –legítimamente, nunca lo olvidemos- defendieron la postura de una administración cicatera con nuestros intereses generales se convierten, ahora, en los abanderados de aquella movilización social en pro de las infraestructuras. Poco menos que gracias a su gestión informativa y sus ancestros revolucionarios tenemos autovías y un AVE en ciernes. Manipular es habitual en quienes escriben la historia convirtiendo a los vencedores en vencidos, pero mientras existan las hemerotecas y funcione la memoria a mí, al menos, no me engañan.

lunes, 17 de octubre de 2011

"Pos mi'jo sá defendío"

UNA de nuestras tradiciones que merece ser conservada para que la estudien las futuras promociones de licenciados en Historia por la Universidad de Granada, con el rigor y la imparcialidad que caracteriza a esta institución académica, trata de la desbandada que se produce en las playas cuando explota la traca del final de la feria de agosto. Para muchos almerienses ese petardazo es la clausura de la temporada de baño playero. Luego, ya ven, estamos a mediados de octubre y en manga corta… Pero, a lo que voy; aprovechando la tranquilidad costera encontramos mesa en primera línea de chiringuito y espacio libre de sobra para que los niños jugaran sin peligro con sus cochecillos de Toys "made in China". Mientras José María y Miguel se ponían de arena hasta los pelos, escuché esta conversación de dos presuntas madres que, eliminando los tacos que acompañaban a cada cuatro palabras, reproduzco casi textual, como ejemplo sociológico de lo que podemos encontrarnos en la terraza de un bar:

"¡Qué mala es la niña de la Tamara!" La Yenifer ésa es el pellejo del diablo. Un bicho.", refunfuñaba una de las mujeres, a pesar de que le caía por la comisura de la boca el tomate de una patata brava. M´an dicho que a la Yenifer -argumentaba la otra, mientras movía el pincho como el Águila Roja su espada- la han regañao ya dos veces. "Pues fíjate. El otro día la Yenifer le dijo "tonto" a mi Cristian y le cogió la "pley". ¡Digo!, a mi Cristian…" detalló la de las bravas, mientras empujaba con el dedo hacia el tenedor el trocillo de papa que le quedaba en el plato.

"T'an mala y jodía como su madre", sentenció la del pincho.

"Pues, claro, mi ´jo se defendió; el Cristian le tiró de los pelos, le dio un puntapié en la barriga y le pisó las manos para que soltara la pley. Ná… cosas de niños. Y encima la asquerosa de la Tamara, le dice que se esté quieto. "A mi Cristian..." "Mi ´jo sá defendío", le dije. "La Tamara es una cerda, pero la culpa la tienen los maestros de la Yenifer, que no enseñan educación; si la niña es mala como su madre, para eso está l´ascuela", sentenció la otra mientras hurgaba con la punta del hierro del pincho en una uña descascarillada. Y encima los maestros quieren ganar más… ¡qué poca vergüenza!" Si yo fuera del gobierno los dejaba a casi tós en el paro". "Son tós unos ladrones", zanjó la conversación la madre de Cristian porque empezó a sonar su Iphone con la sintonía de "La magia del amor" de Camela. Al cabo de un rato explicó:

"Es mi marío; que el Cristian no ha querío comer; ¡ah! y que ha escalabrao de un pedrá al niño del vecino, ése que es medio tonto."

"Pues algo le habrá hecho al pobrecico", justificó la amiga. "Eso digo yo; que se joa"; "eh! chaval, ponnos ahora las dos tapas de papas que están mú güenas".

jueves, 13 de octubre de 2011

Carta urgente

Un día de primavera, mi padre llegó a la casa muy contento. Un cliente de la imprenta le había mandado unos originales desde el pueblo almeriense de Doña María y la carta le había llegado. Nada extraño en una época en la que Correos funcionaba, si no llega a ser porque en el sobre las únicas señas que aparecían escritas eran “Bretones”  y la localidad de destino: “Almería”.
En un alarde de profesionalidad, quizás por el remitente, quizás por la costumbre o por la frecuencia en recibir cartas, el caso es que la sobre con los textos llegó felizmente a sus manos.
Hoy pones en una carta sólo un apellido del destinatario y la localidad donde reside y hasta el león con la boca abierta que hace de buzón en el cochambroso edificio de Correos se parte de risa y te la escupe a la cara. Desde que llegaron los códigos postales, los sobres de auto franqueo, los sobres verdes y los números de carnicería para esperar a que te cobren, el servicio universal postal ha cambiado. Aquellos carteros con uniforme de cartero y sacas de cartero han desaparecido. Es verdad que, por el peso de la correspondencia, casi todos terminaban lisiados de la espalda, pero no había un destinatario que se quedara sin recibirla. Hoy se te olvida poner el cerillo al piso donde vive la persona a la que le escribes y la carta queda huérfana y desprotegida en el portal de la vivienda, pinchada en el pico de un buzón ajeno. Es verdad que los medios tecnológicos y de transporte han mejorado el trabajo a los carteros; ahora van con motillos en lugar de ir caminando o tirando de carritos, en vez de cargar sacas.
Cuando por las tardes veo las Piaggio amarillas de Correos subir a toda velocidad la zona peatonal de la Plaza Marqués de Heredia, sorteando niños con bicis y niñas con patinetes, pienso ingenuamente que portan cartas urgentes en su maletero para entregarlas cuanto antes a sus destinatarios. Pero parece que no; que atraviesan por la plazoleta para llegar rápido al final de su jornada. Eso me dijo el padre de una chiquilla que, pacientemente, apunta las matrículas de las motillos que ve rodar por la plaza peatonal a todo guiñapo. “Por si un día pasa algo…”, dijo.
Comento  esto porque el otro día envié una carta urgente a una dirección de la propia capital y la amable señora que me atendió dijo que, a pesar de su tasa de urgente, no llegaría al día siguiente y quizás tampoco al otro porque era sábado, ya que eran las siete y media y el envío ya había salido a Granada.
- ¿A Granada?, pregunté. Pero si la carta va cuatro calles más allá…
- Sí, pero todas las cartas que salen de Almería van a Granada, aunque el destinatario sea de Almería….
Me fui sin entender nada y acordándome de cómo aquella primavera mi padre llegó feliz porque recibió una carta en la que sólo ponía “Bretones” y “Almería”.

miércoles, 5 de octubre de 2011

“Dora la Exploradora” y el grupo Titán

Viendo con mis hijos en “Clan” un capítulo de los dibujos animados llamados “Dora la Exploradora” he recordado los parabienes que recibió, en su día, el “Grupo Titán” de la Policía Local de Almería.
El recuerdo me vino cuando en la serie animada salió a escena un personaje secundario, el villano de la trama, que siempre pretende hurtar los juguetes que llevan la niña Dora y su mono “Botas”. Se trata de un zorro ladrón llamado “Swiper” que nunca roba porque la protagonista de los dibujos y su simio mascota le responden con educación, sin gritar y de forma contundente: "¡Swiper, no robes!, "¡Swiper, no robes!"; ante lo que él contesta educadamente “Jolín” y se va con sigilo. Vamos, como el grupo Titán de la Policía Local y los chorizos que detiene.
Confieso que la sola presencia peatonal de los miembros de esta unidad –ahora disuelta por la concejala y teniente de alcalde María Muñiz- imponía; bueno, quiero decir acojonaba. Todavía me acuerdo cuando, hace varias ferias de agosto aparecían de sopetón por las esquinas pidiendo los “deneís” de los alegres bebedores del botellón. Su puesta en escena y sus contundentes modales dentro de la legalidad vigente eran un azote para el malhechor: uniforme negro, botas castrenses o cinturón del que colgaban mil y un utensilios para atrapar, inmovilizar o retener al delincuente más malo del mundo que pretendiera incumplir las ordenanzas municipales. A un “pintas” de los que van acosando por la calle a las viejecicas le decías “déjala o llamo a los titanes” y salía corriendo como alma que lleva el diablo Cuesta de los Callejones abajo. La hemeroteca está llena de actuaciones y elogios de los políticos gobernantes para esta unidad que ahora muere con una simple firma. Está claro –como decían en la película de “Indiana Jones” rodada en Almería- que la pluma siempre vencerá a la espada; y un decreto firmado en un trozo de papel ha disuelto la unidad, a pesar de sus eficaces actuaciones.
Las peripecias callejeras de los héroes del “Grupo Titán” fueron, incluso, tema para un reportaje emitido por Antena 3 Televisión, allá por el mes de noviembre del año 2007. A los Mossos Des Quadra se ve que les gustó mucho el reportaje porque lo han subido al “YouTube”. Mis compañeros periodistas Isabel Jiménez y Alberto San Felipe patrullaron con los “titanes” detrás de drogatas, ladrones de motos y chorizos de medio pelo y, al igual que “Dora la Exploradora” utiliza el eficaz argumento verbal de "¡Swiper, no robes!”, los policías locales almerienses emplearon otro argumento que no admitió reproches: los grilletes. Toda España lo vio. Grupo Titán, tras el arduo servicio, descansa en paz.

viernes, 16 de septiembre de 2011

El mar de plástico

Yo no he subido en cohete, pero quienes sí dicen que desde el espacio se ve el mar de plástico que conforman los invernaderos de la provincia. Claro, habrá que saber desde qué distancia, porque si la referencia es el google maps está claro que se verá hasta el color del bañador de mis vecinas cuando están bañándose en la piscina. Las miles de hectáreas de plástico ha dado para muchas, si no investigaciones, conversaciones sin fundamento; pero, eso sí, graciosas. Yo escuché a un científico, con dos folios en la mano llenos de raices cuadradas, fórmulas y números, que las cubiertas plásticas de los invernaderos hacían rebajar la temperatura ambiental del Poniente almeriense hasta grado y medio. Bueno, no es mucho si tenemos en cuenta la solanera que cae en julio y agosto en esos campos de Dios y si en lugar de 40 grados tienen 38 y medio pues algo es algo... También he tenido referencias de que los reflejos de los techos plásticos de los invernaderos dañaban la vista de los pilotos de avión -serán los de Ryanair que no llevan gafas de sol para ahorrar costes-; incluso hay estudios personales de cómo el plástico afecta a la radiación de la furgoneta del agricultor que, con los cristales cerrados, permanece allí estacionada. En fin, un sinfín de tonterías en las que la gente malgasta el tiempo y algunas administraciones el dinero.
Lo que sí es un verdadero mar de plástico, que además da vergüenza, es cómo queda el campo de batalla después de un mercadillo. Sí, esos populares puntos de venta ambulantes en los que te encuentras un jilguero en su jaula o sandías de diez kilos. Vayan un martes sobre las dos de la tarde al recinto del estadio de los Juegos Mediterráneos o un domingo a la antigua carretera de Retamar, junto a El Alquián. Hay plásticos sueltos, volando y tirados como para cubrir tres hectáreas de invernaderos. No se si estos residuos de los vendedores ambulantes y sus clientes se verán desde la Luna, pero desde luego quienes ensucian así la ciudad habría que mandarlos a otra órbita.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Fresquito

El ciclista que gane el 11-S la Vuelta a España lucirá un maillot rojo que le distinguirá entre el resto de corredores. Lo que digo es de perogrullo para quienes dominan la actualidad de este deporte, pero viendo los tumbos que ha dado color de la camiseta del primer clasificado, para muchos lectores puede ser una información útil. Antes, el líder de la Vuelta lucía el color amarillo; más tarde lo denominaron oro y, ahora, el rojo es el seleccionado. Bueno, pues entre los logos que lleva ese maillot hay uno que comparte con la Selección de Fútbol: "Ahorra energía". Habrán visto el anuncio en TV de los futbolistas de la roja animando a los ciudadanos para que apaguen las luces de sus casas, suban los grados del aire acondicionado y no malgasten luz. También, entre los pocos anuncios que se imprimen en la prensa escrita, el auto denominado "Gobierno de España" nos pide ahorrar energía. Incluso los medios más afines a ZP le dieron cancha al, en otro tiempo, denigrado Bush cuando afirmó que si los americanos pintaban los techos de sus casas de blanco, en todas las ciudades, se podría ahorrar mucha energía. Aquí, en Almería vas a renovar tu DNI a la Comisaría y las recomendaciones del gobierno se llevan a rajatabla y, aún con aire acondicionado, pagas la tasa por el "deneí" chorreando de sudor.
Pues con esta inversión de miles y miles de euros en campañas para ahorrar energía, viene a la feria de Almería la jefa de los jefes de todos los funcionarios y asegura que nuestras fiestas están muy bien pero.... ¡que habría que tener el aire acondicionado de las casetas más fuerte para que de más fresquito.! Coherencia, que le llaman.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Los 16 pájaros del abanico


Cuando, a mediados de los 80, me dedicaba a la información local en “La Crónica” tuve que cubrir una instructiva exposición ornitológica en la Diputación. Se trataba de una muestra de aves que montaban un jaleo mayor que el presidente de la época cuando iba de visita a los pueblos sin luz de la provincia. Los jilgueros, canarios, gorriones y pequeñas avecillas de colores comían más alpiste que los asesores del abderitano que ha sido vicepresidente de la Diputación.
Bueno, pues una vez redactada la noticia no se me ocurrió otra cosa que titular así: “La Diputación, llena de pájaros”. No se pueden imaginar la que cayó sobre mí. Todo un ejército de directores, asesores, jefes y secretarias me puso –democráticamente, eso sí- como hoja de perejil en sus altavoces por tamaña osadía. “Has insultado a miles de votantes”, proclamaban… En esos años en los que sólo había mayorías absolutas -rodillo, que le decían- quien osaba opinar algo distinto tenía abono en la lista negra que, con mimo, custodiaba un jovencillo de Viator.
Recuerdo esta anécdota porque el abanico de Feria que ha regalado el Ayuntamiento está dedicado a los pajaritos. Hasta ahora, el abanico se había adornado con lunares, estrellitas, gitanillas, farolillos… pero nunca cediéndole el lugar a los pajarillos. Lo he comprobado porque tengo todos gracias a mi padre que comenzó la colección, a mi tía Marita que cada agosto me suministra uno y a mi amigo Manolo Martínez que me regaló varios para suplir a los rotos. Es decir, que mi mérito sólo es el de guardarlos…
Ignoro si la ocurrencia de los pájaros habrá sido de la concejala de fiestas mayores, del alcalde o del pregonero, mi amigo Cristóbal Cervantes –felicidades por tu texto-. Me inclino más que fue ocurrencia del chino que, en la China, cobró 0.30 por unidad y en la vorágine de la campaña le aprobaron el diseño, sin mucho mirar. El caso es que nada más ver a los 16 animalillos en el abanico de feria pensé: Mira, cada concejal del PP tiene su pajarito. Ya se que Luis obtuvo 18 y no 16 ediles, pero como hay dos que están más en menesteres provinciales que locales, para los efectos son 16. El mismo número de pajarillos de feria.
En el abanico hay bichos de todos colores; algunos más rellenitos que otros, aunque se les nota poco cantarines, ya que bajo un cielo azul pepé y poco nuboso sólo uno pía; el resto de pajarillos se dedica a mirar a derecha e izquierda con la tranquilidad de estar bien posados. Al igual que los ediles, los hay elegantes, con lunares, con corazones… pero ¡cáspita! compruebo que el primero de la fila es el único que ya ha echado a volar y con sus alitas desplegadas busca nuevos destinos…. ¿Nos querrá decir algo del futuro del alcalde el chino de la China que diseñó el abanico?. Bueno, mientras tanto nos daremos un poco de fresco, que el calor aprieta y achicharra hasta los pájaros del abanico.

jueves, 14 de julio de 2011

Imitando a Agripa

Cuando yo me dedicaba con pasión a escribir discursos que, más tarde, a mis jefes les servían para sus intervenciones públicas e institucionales, tenía dos vocablos que siempre pretendía evitar: "debate" y "reflexión". Sí, son palabras que de tanto usarlas -como el "amor" que cantaba Rocío Jurado (q.e.p.d.)- se han roto; han perdido el gran potencial de su contenido. Además, he de confesarles que decidí autocensurar esos términos después de sumar las veces que varios cargos públicos de nuestra provincia -seleccionados al azar en una tarde de sofocante calor- los habían empleado en entrevistas, charlas o declaraciones. Ya no apunto las veces que "debate" y "reflexión" salen en los titulares entrecomillados porque el estudio local está más que concluido y el brillante ganador es un señor con barba. Pero aún hoy, da la impresión que los responsables políticos de las distintas Administraciones se pasan el día y la noche debatiendo y reflexionando.
Luego es mentira, porque ante cualquier análisis interno o problemilla menor se impone el pensamiento único o "la consigna", que diría mi culto amigo, el que fuera concejal almeriense Antonio Fernández Sáez (también, q.e.p.d.). En esta vida ajetreada sacamos de paseo a la "reflexión" pero no la practicamos ni cuando vamos a la compra, dejándonos atrapar por los hechizos del último metro ante el producto, que tan exquisitamente bien practican los del marketing mix. Y no hablemos ya del debate; nuestra sociedad falsamente se muestra carente de dudas y éste lo aplica de boquilla; pero en la práctica se distribuye con cuentagotas. No digo yo que imitemos al filósofo griego del siglo I Agripa (alias "El Escéptico") y sus "tropos" o "Cinco caminos de la duda", pero quizá  nos iría mejor si se replantean muchos valores, de verdad, y no tanto de cara al titular. El "debate" y la "reflexión" ya no venden.

martes, 5 de julio de 2011

Con mi pozo negro vamos tirando

Amizián, el que fuera concejal de la obra pública en el Ayuntamiento de Almería, podría haber sido nuestro salvador. Él mismo nos alentó, con rotundidad en sus palabras, a confiar en su Consistorio y esperábamos que este edil con mando en el palustre y el asfalto, e injustamente vapuleado en algún rinconcillo digital, nos ayudara. Incluso habría visto con buenos ojos que mi amigo Miguel Ángel le hiciera fotos para enviarlas a los periódicos, mezclado con los obreros y con un casco blanco puesto en la cabeza.
Pero llegaron las elecciones y la esperanza común se disolvió, como un azucarillo en el mar de Alborán, cuando vimos que su nombre se hundía en lo más profundo de la lista popular. El caso es que las cuatro calles -porque son cuatro- que quedaron sin rehabilitar en Retamar norte las siguen manteniendo hundidas en la miseria. Aquella esperanza del 2005 para la zona ya es una prehistoria que se está convirtiendo en quiste. Sólo hay que darse una vuelta por las vías situadas más al norte de la barriada para comprobar que al dedo rehabilitador del municipio le ha faltado temple para señalarlas. En este legislatura que ha terminado han reformado, rehabilitado, asfaltado y adecentado calles, callejas, vías, caminos rurales, plazoletas, avenidas, parques, parquecillos, plazuelas, paseos marítimos, aceras, barrios enteros, patios -incluso algunos por dos veces- y, vaya por Dios, nadie se ha acordado del Retamar norte, norte, que tal como está parece un poblado del sur, sur. Un día, en el Facebook, el propio concejal replicó a mi justa queja y dijo que teníamos que estar contentos porque la urbanización llevaba sin arreglar desde que se construyó y ellos la habían adecentado y asumido como barrio. Es verdad. Incluso nos mandaron un cedé con un plano donde dibujaron hasta el lugar exacto de las futuras alcantarillas. Pero nada; aún quedan muchas viviendas que no pueden conectarse a la red de alcantarillado -porque no hay- y deben usar su ilegal y particular pozo negro; en las aceras crecieron hace décadas, de forma salvaje, matas que ya son robustos árboles donde anidan los pájaros y mucho nos tememos que un día llegará la Junta de Andalucía y declarará -más que ná por fastidiar- los restos de asfalto de la calzada como patrimonio cultural-industrial o, por contra, Cultura decretará los baches como elementos protegidos por el hábitat de la hormiga común.
Yo tiro de hemeroteca y compruebo algunos lugares por donde, en los últimos ocho años, han realizado obras municipales y, vaya ojo, muchos de los millones se han ido a enclaves donde el rédito electoral después ha sido escaso y los impuestos, de risa. Pero es que, claro, les prestaron atención porque a la Alcaldía llegaron cuatro señoras con pulmones ensanchados, gritando libremente consignas, y... rápidamente el camioncillo de las obras enfiló hacia el poblado reivindicador. Ahora, eso sí; donde no hay alcantarillado, pero tampoco gargantas gritonas, te pegan en la cabeza un cebollazo con el IBI, como si fueras de lujo. Mientras, ya digo, a base de pozos negros con filtraciones, nunca mejor dicho, vamos tirando.

lunes, 27 de junio de 2011

El efecto Robin Hood

Hasta hace un ratillo, que he vuelto del "Foro d Almería" de "Diario de Almería", en el que ha intervenido el consejero delegado de la compañía aérea "Air Nostrum", el valenciano Carlos Bertomeu, desconocía lo que era el "Efecto Robin Hood".
Desde hace años vengo escuchando hablar -al principio a los ecologistas, después a los verdes que se asociaron con Izquierda Unida y ahora a todo el mundo- del malvado "Efecto Invernadero". En varios anuncios publicitarios en televisión escuché y vi con verdadero interés profesional los anuncios que presentaban los argumentos del "Efecto Sanex", ese desodorante que te enloquece hasta llegar a besar el sobaco de una señora, aunque no sea la tuya. Incluso se que en biología está catalogado un "Efecto Fundador". No, no se trata de la reacción que provoca en el cuerpo de los honrados trabajadores del sector primario el leñazo de coñá que se meten por la mañana, sino de las "consecuencias derivadas de la formación de una nueva población de individuos a partir de un número muy reducido de éstos". Hasta puede que les reconozca que, toqueteando el Photoshop, me suene el "Efecto Lomo". Es una de las muchas opciones de este programa informático, que permite convertir -por ejemplo y con todos mis respetos- la foto del Tío de la Manta que saca hoy Diario de Almería en Shakira, bailando el waka-waka en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, y eso que no vino.
Pero, a lo que iba, el señor Bertomeu nos explicó con cifras, datos, frecuencias y coletillas que, en definitiva, el "Efecto Robin Hood" es que usted quiera ir en avión a Madrid, en su empresa aérea, y el billete le cueste seiscientos euros. Más o menos, es así: mezclado con estadísticas de ocupación, frecuencias de vuelo, coste, población piramidal, mercado y alojamiento de la tripulación, el "Efecto Robin Hood" es pagar un pastón por ir a Madrid, otro por volver y que, encima, no te den el periódico del día porque vale cincuenta céntimos.
Yo seré corto de luces, pero éso es lo que entendí de la larga y muy documentada respuesta de Bertomeu -y tiene cachondeo el asunto- a la pregunta formulada por el presidente de la federación de murgas, comparsas y chirigotas, Nicolás Castillo. Ya saben, Robin Hood ya no es el hábil arquero defensor de los pobres, como ha sido toda la vida, sino el desgraciao que no baja los precios a los vuelos desde Almería. Y va para rato porque, según el director y guionista Francesc Bellmunt, "Robin Hood nunca muere". 

lunes, 20 de junio de 2011

¿San Juan o San Indalecio?

Uno de los regalos que hice durante la pasada Navidad fue un calendario de sobremesa, de esos que tu mismo te fabricas en una página de Internet y que tienen un muellecillo para ir pasando páginas. Son tan versátiles que -si lo deseas- puedes incluir las imágenes que quieras para ilustrar cada mes; así, el amigo de los animales puede poner un pajarito en abril, un tortuguita que languidece en una hectárea de cultivo en la hoja del mes de julio o un buitre leonado en la del mes de mayo. Hay quienes ponen fotos de sus suegras, del presidente de su comunidad de vecinos o de su perra miccionando en una farola; yo no soy tan original y coloqué imágenes graciosas de mis dos hijos. Pero -como digo- estos calendarios son tan flexibles que en cada uno de los 365 días del año puedes escribir lo que desees, santoral incluido. Así que me acordé de todos aquellos amigos despistados que -siempre- preguntan como si fuera la primera vez... "¿pero este año es fiesta el día de San Juan o es el día del Pendón?" y marqué de un llamativo rojo el 24 de junio y de un negro fúnebre el 26 de diciembre para regalarlo y evitar responder siempre lo mismo: "No, este año es como el pasado, la fiesta local es en San Juan". Claro que, a renglón seguido, responden "Entonces cierran todas las tiendas ¿no?...".
Ésto de adoptar como fiesta local una manifestación lúdica popular está muy bien, pero sería oportuno reinventar lo de las fiestas locales porque una de las dos anuales la medio perdemos: el sábado de feria, durante el mes de agosto, pocos ciudadanos trabajan. Y claro, mientras San Juan se festeja a lo grande, el Pendón se celebra por lo pequeño y la Patrona se procesiona con respeto, nuestro patrón -San Indalecio- queda el pobre maltratado por el calendario laboral y por los días lectivos. Sí, hay una procesión con la imagen del santo por el casco histórico que, desde luego, da pena verla por el escasísimo eco popular que arrastra. Ahora que los del 15-M van a imponer los refrendos, está claro quién ganaría en una hipotética batalla almeriense San Juan-San Indalecio... Por éso, como defensor de causas perdidas quiero reivindicar, en estas vísperas de las hogueras, la figura de nuestro patrón. "¡Viva San Indalecio!", mártir del calendario. He dicho.

lunes, 13 de junio de 2011

La "valla rociera"

Seré un tío raro, pero dependiendo del contenido de la noticia que quiero ampliar sintonizo una emisora u otra. Es decir, para quienes se dedican a estudiar las audiencias radiofónicas soy un quebradero de cabeza; por la mañana escucho una de A.M. y por la tarde otra de F.M. Ya me pasó siendo estudiante de Periodismo cuando, recién llegado, compañeros de cursos superiores nos cogieron  a los de primero como conejillos de indias para un trabajo del índice de lectura de prensa. Uno con pinta de cansado y muy cursi -que luego llegó a ser un buen funcionario- me preguntó qué periódico había comprado; al contestarle que "El País" y "El Alcázar" -de 1981- montó en cólera porque en la hoja de cuadrantes a multicopista que le habían dado para la recogida de datos no incluía casilla alguna para recoger tamaña osadía de lector. Así que el encuestador ofendido me dejó maldiciendo no se qué y se lanzó de cabeza a una presa fácil que leía "Marca". Recuerdo la anécdota porque esta mañana -tras escuchar unas informaciones en varias emisoras nacionales- quise ampliar datos sobre el "misterioso" accidente del varal de la Virgen del Rocío. Así que busqué en el dial la emisora que creí más en comunión con la noticia. Pasmao me quedé. Ahora resulta que a la famosísima reja de la ermita le han cambiado el nombre y se llama "la valla rociera".
No digo yo que los enviados especiales reciban clases sobre el vocabulario de las hermandades y cofradías antes de pisar el polvo del camino; con solo escuchar a María del Monte habrían mejorado su vocabulario -"Salta la reja almonteño, se acaba la madrugada/porque la Blanca Paloma te espera para volar/está todo el año soñando, con bajarla y despertar/para que vuela más alto en la casa de hermandad", que canta la sevillana-. Lo dicho, en 2012 un buen iPod con temas rocieros para relatar la crónica. Saldrá perfecta.

martes, 7 de junio de 2011

Actos municipales "low cost"

Como el semáforo que da acceso a Las Almadrabillas desde el Parque tarda tanto tiempo en ponerse en verde, te da tiempo a pensar o hacer muchas cosas. El otro día me tragué la eternidad que dura el rojo y aproveché para observar con detenimiento la cosa ésa que puso el Ayuntamiento en la entrada de lo que, los viejos, llamamos el "Parque Nuevo". Nadie sabe qué es o representa esa especie de puerta de mala imitación del coral, alta, solitaria, colorá y de extrañas formas. Seguro que su autor la bautizó un día con algún nombre espectacular, que subiese sus honorarios, pero hasta ahora sólo ha servido de decorado para cuatro fotos de recién casados despistados y del alcalde con pose de inauguración. Y lo cierto es que, en los últimos años, los concejales han llenado la ciudad de figuras, monumentos y pinguruchos que, estando bien, poco o nada transmiten a quienes aquí residimos o tienen la valentía de visitarnos. Antes -y cuando digo antes quiero decir antes, antes- no se ponían tantas estatuas, pero todas las que se instalaban tenían su simbolismo y dedicatoria que, aún hoy, siguen vigentes: La estatua homenaje a la madre en Santo Domingo; al Educador en la Plaza de la Leche; a los hombres de la mar en el Parque o a Celia Viñas en la Plaza Bendicho... Mira que costó que al John Lennon le pusieran una plaquita o al Nicolás Salmerón caminante de la Puerta de Purchena una leyenda. Hoy, salvo las excepciones del maltratado busto de Juan Pablo II o el de Rodríguez de la Fuente, la representatividad nos la tenemos que inventar. Podemos creer -porqué no- que los pinguruchos altííísimos de la rambla son monumentos fálicos, el tío tumbado frente al Apolo un homenaje al vago o la gorda de la Plaza de San Sebastián un tributo al colesterol. Como no tienen leyenda, pues nos la inventamos.
Ahora que los ayuntamientos buscan actividades municipales low cost con las que llenar las agendas, propongo al Consistorio -que tomará posesión el sábado- que vaya dándole sentido a la siembra de cosas que hay por la ciudad, que nadie sabe porqué llegaron ahí. Por ejemplo, coloquen una plaquita junto a la anciana sentada en una silla que hay como estatua en la Plaza de San Sebastián y, el 26 de Julio, festejen con la Banda de Música y cientos de pensionistas el día de los abuelos. Fíjate, que baratito y qué buenas fotos se pueden hacer.

martes, 31 de mayo de 2011

La leona del Zapillo

No; no me refiero con el titular "La leona del Zapillo" a aquellas sacrificadas mujeres del barrio que, a mediados del siglo pasado, sacaban sus familias adelante con los cuatro duros que reportaban las barquillas de pesca de sus maridos. Tampoco a las hoy, nietas de aquellas, que con la mísera paga de 426 euros de zp -ya creo que se merece que lo escribamos en minúscula- tienen que multiplicar el ingenio para vivir. Éstas señoras, más que leonas, son las verdaderas reinas de la selva en la que nos han metido. Con "La leona del Zapillo" me refiero, sencillamente, a un suceso del 30 de agosto de 1976, cuando uno de los animales salvajes del circo Bruxelas -una leona, exactamente- se escapó de su jaula y se paseó por las calles del Zapillo durante horas. El pobre animal no mordió ni hirió a nadie, -quizá más acostumbrado a hacer reír a los niños que los propios humanos- pero se levantó tal polvareda en la ciudad que la fuga terminó con el mamífero abatido a tiros en un paraje de la vega y el circo con una jaula vacía.
Hace un tiempo subí a "La Almería Perdida" del Face el titular del suceso, sacado de un amarillento periódico de la época, y hubo amigos que reconocieron que, siendo pequeños, fue tal el pavor ciudadano que sus padres o tíos fueron a recogerlos a la playa escopeta en mano, por si se cruzaban con la bestia.
Treinta y cinco años después, leo que el área de Turismo del Ayuntamiento ha recuperado la fuga, pánico y muerte de la leona perdida del Circo Bruxelas y ha teatralizado el hecho en las visitas guiadas. Buena iniciativa ésa de recordar nuestro pasado, pero lo cierto es que me ronronea una curiosidad: ¿Quién hará de leona?.

martes, 24 de mayo de 2011

Los 18

Dice Luis Rogelio que con los 18 concejales obtenidos por su lista en la capital, el PP ha tocado techo. No le falta razón y, en estos tiempos de alegrías y tristezas electorales, hace bien en no marcharse por los extremos con perspectivas de futuro imposibles. Cuantificar el techo en 18 ediles de 27 posibles, es todo un señor techo muy muy alto que, ya veremos -quizás nosotros no-, quién vuelve a repetir en las próximas décadas. Hasta ahora, aquí, en Almería, cuando la Junta Electoral convocaba elecciones, sin pegada de carteles ni playas para mascotas que llevarse a la campaña, sólo con el voto fiel, PP y PSOE partían con ocho concejales fijos e IU con uno. Con 17 concejalías repartidas "pasara lo que pasara", eran diez los puestos que -casi siempre y como máximo- había que pelear. Ahí están las estadísticas.  El socialista Santiago Martínez Cabrejas ya alcanzó el 8 de mayo de 1983 esos 18 ediles, amparado -eso sí- en la corriente del cambio que impulsó Felipe, dejando a la coalición AP-PDP-PL (el hoy PP) con sólo 8. Pero el PSOE en 1987, 1991 y 1999 gobernó con 12 ediles o el PP en 1995 con 14. Aquella legislatura de 1983-87 -la de los 18 concejales del PSOE- fue un suplicio para los periodistas críticos y un auténtico rodillo en la gestión de la ciudad, donde el debate en los Plenos se limitaba a sumar quién tenía la mayoría. Los tiempos y los talantes son bien distintos aunque, seguro, que hasta el 2015 habrá situaciones complejas en la que habrá que echar mano de las cuentas. Finalmente, auguro que la lista popular de la capital correrá hacia abajo como la pólvora cuando -a lo más el año próximo- el PP obtenga nuevas administraciones que gobernar y, de paso, mejores puestos que nombrar. Sí, han salido 18 pero hay 6 ó 7 que se quedaron fuera y no apagarán el móvil.

jueves, 19 de mayo de 2011

Las cosas del 2.0

Cuando escucho a los altos dirigentes de la Junta de Andalucía hablar a boca llena, y en Canal Sur, de la Administración Electrónica -así, con mayúscula como ellos la escriben- me parto de risa. Nos quieren hacer creer que con Griñán 2.0 al frente del gobiernito andaluz, el contribuyente obtiene el resultado de sus gestiones a golpe de click. Quizá para pagar impuestos o tasas sí te aceleren el ingreso con la gestión por la red, pero para otras peticiones, la llevamos clara. Cuando nació mi hijo mayor y nos obligaron presentar en el ambulatorio un cartapacio lleno de papeles para que le concedieran su tarjeta sanitaria, tuvimos que esperar 18 meses para tenerla en el bolsillo; a cada reclamación por el retraso nos decían que los papeles -símbolo claro de la Administración Electrónica- se habían perdido y que entregáramos otros bien sellados y firmados.  Un día, año y medio después, la tajeta apareció en el buzón de la casa.
Ahora he sido yo quien se ha enfrentado a la Administración Electrónica y mi nueva identificación sanitaria ha tardado, sólo, cuatro meses en llegar. Mejoramos, ciertamente. Tu vas a una entidad de crédito a solicitar una tarjeta y a los cuatro días estás operando con ella; incluso te la ofrecen personalizada, con la foto de tu mascota, de tu coche o de tu suegra.
Una simple receta -otro icono de la Administración Electrónica- para comprar unas plantillas requiere de un complicado proceso y una larga pérdida de tiempo en ir al médico de cabecera, esperar mes y día para el especialista y después perder una mañana para que un funcionario de la Bola Azul, que recibe al usuario protestando porque le han congelado el sueldo, le ponga un sello. El 2.0 tiene éso.

jueves, 7 de abril de 2011

€uroseñorías en clase preferente

Con casi cinco millones de parados, la crisis azotando a las familias y el consumo por los suelos, nuestros europarlamentarios decidieron no bajarse el sueldo y viajar en clase preferente. Así, dando ejemplo. Los funcionarios con el sueldo congelado, los autónomos asfixiados y sus €uroseñorías no quieren disminuir su nómina de 15.000 eurazos al mes. He visto con perplejidad que peperos y sociatas se han unido en la intención de voto para, precisamente, seguir cobrando una pasta gansa. Para eso no hay polémicas, aunque dice la tele que la presión de las redes sociales les ha hecho variar el voto. Aquí,  lo que vale es la primera intención. Además, he repasado la relación de €uroseñorías y ¡oh! me topo con el famoso “Gafe de la Bética".
Sí, aquel responsable de la Expo 92 en cuya presencia se hundió la nao Victoria en el momento de su botadura en Sevilla; se incendió el Pabellón del Descubrimiento, el más emblemático de la Expo, o se destruyeron las carabelas colombinas frente a las costas de Japón. Pues ése “Gafe de la Bética", bautizado así por Jaime Campmany (“El callejón del gato. Retratos al vitriolo, ed. Espasa, Madrid, 226 págs”) es el mismo al que la autoridades de Cuba no le permitieron entrar en el país, cuando viajaba con la también ínclita Carmelita Hermosín.
Yo no creo que un tío que el próximo día 12 cumple 68 años y lleva 34 –la mitad de su vida- viviendo del erario público sea un gafe; todo lo contrario, es un artista, un funambulista de la Administración, un catedrático en eso del servicio público. Lo reconozco: Qué mala es la envidia.

domingo, 3 de abril de 2011

La independencia de mi madre

El otro día, por coincidencias que no vienen al caso, necesíté hacer un ejercicio de rapidez mental para traducir qué me había parecido escuchar a un tío que hablaba con otro en la calle. Porque, torpe de mi, había interpretado que buscaba la independencia de su madre. Como la mente es perversa y siempre te lleva a lo malo, por un instante sospeché que el individuo pretendía arrinconar a su señora madre en alguna residencia, hogar o centro de la tercera edad, que es como se llama ahora a los asilos de toda la vida. Así que me quedé casi petrificado en la acera, cerca de donde el presunto asustaviejas desarrollaba su plan a, quizás, un compinche o a un colaborador necesario, como dicen los jueces. La pobre madre estaría en la cocina de su casa, ajena a todo, pensando qué le gustaría almorzar a su hijito y el gualtrapa de éste, con la cartilla de ahorros abanicándose, tramando un plan para desprenderse de ella... Comencé a juguetear con el móvil, como las ejecutivas de bote en la T-4 que no llaman a nadie porque no tienen amigos a quienes telefonear, y abrí  las orejas para empaparme del plan. El sujeto lo reptió claramente: "Necesito la independencia de mi madre; de hoy no pasa".
¡Acabáramos!. Está claro; este mal hijo, con su porte chuleril de camiseta sin mangas de mercadillo ilegal y zapatillas despeluchadas se quiere desprender para siempre de la anciana. ¡Será ingrato!. Y encima lleva un tatuaje en el brazo de un corazón que pone "amor de madre". Mi indignación subía por momentos; notaba cómo el sudor me caía por la espalda y la tensión arterial se disparaba cuando su compinche respondió con tono pausado: "Pues te acompaño; ayer mismo cobré yo la paga de dependencia de mi madre y ¡no veas como nos resuelve la vida a los parados; qué bueno es este ZP!".
Me quedé frío; helado. ¡Será imbécil el tonto éste como habla!. Claro, que eso me pasa a mi por ir caminando con la calle con las antenas puestas. La próxima vez me llevo el iPod y voy escuchando música celta, que ésa sí que habla de independencia.

martes, 29 de marzo de 2011

No hay nada más viejo que el periódico de ayer

Se dice en periodismo que "no hay nada más viejo que el periódico de ayer". Claro que, cuando se acuñó la frase, no existían las actuales herramientas electrónicas. Hoy, el periódico de ayer no es que sea viejo, es que ya es un relato de la historia; Internet ha conseguido que la noticia subida a la hora del desayuno esté por la tarde en la sección de hemeroteca.
Recuerdo que, en 1983, tenía un redactor jefe tan "moderno" que se le ocurrió bautizar como "última hora" al huequecico que quedó en la contraportada, junto al consabido reportajillo final. Y ahí metía lo que vomitaba el teletipo cuando este jefe salía, camino del Automóvil Club, a jartarse de copas. Daba igual la importancia de la noticia o su procedencia; "era la última hora" decía, no sin razón. Pero claro; era la última hora del momento en el que salía de whiskies; no "la última hora" de cuando el lector se disponía a leer. Pensaba que, con ese reclamo, la columnilla se leería sola. Digo ésto porque el factor temporal en los medios en papel es ya un arma de doble filo. Excepto las ediciones del Jueves Santo, Nochebuena y Nochevieja que llevan dos fechas en su cabecera, los medios electrónicos han convertido aún en más cierto eso de  "no hay nada más viejo que el periódico de ayer". Porque de la revista con fecha de hace tres meses, ya ni hablamos.

miércoles, 23 de marzo de 2011

El destierro

Informa en http://www.noticiasdealmeria.com/ mi amigo Rafa Martos (bueno, Rafael M. Martos como firma desde que lo conocí en 1994 en Granada) que Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) ha castigado a un controlador desterrándolo en la torre de Almería. Dicho así parece que lo han encerrado allí arriba, a pan y agua, como hizo el salvaje de Don Pedro I con Doña Blanca de Borbón en 1355, al segundo día de su boda. Pero no; se trata de un simple castigo laboral contra el Jefe de Supervisión de los controladores en la Región Sur, por la batalla que mantienen los controladores y AENA desde hace tiempo.

Los propios trabajadores han confirmado este destierro en http://www.aviaciondigitalglobal.com/noticia.asp?NotId=15870&NotDesignId=4 y han criticado la decisión. A mi lo que realmente me preocupa y, al mismo tiempo, molesta es que la autoridad competente vea a la provincia de Almería como un lugar para el destierro, el exilio o el castigo. Suficiente tuvimos ya con los que, siempre a la fuerza, tuvieron que irse corriendo y lejos o se vieron obligados a quedarse aquí, todos ellos en contra de su voluntad.

No es Almería tierra de castigo para represaliados, ni la torre de control de su aeropuerto una cárcel para quienes dejan a muchos kilómetros su puesto de trabajo, casa y familia. Todo lo contrario. Somos tierra de acogida; vivir aquí no es un castigo y sí un gran honor. Qué quieren que les diga, ésto del destierro suena a castigo de militar chusquero de los años cincuenta por.... no llevar limpias las botas, por ejemplo.

sábado, 19 de marzo de 2011

El perigeo lunar

Debo reconocerlo, pero hasta hace un rato desconocía lo que era el "perigeo lunar". No entiendo cómo he podido vivir tanto tiempo sin saberlo, cuando medio planeta habla en Internet -con la autoridad del recorta y pega- que, esta noche, la luna se verá un 14% mayor.
Los que nos hemos movido en la información de sucesos cuando había luna llena estábamos con las pilas puestas. Margarita Landi ya nos advirtió: "en esa fase lunar hay que dormir con los zapatos puestos para salir corriendo, porque habrá un crimen". Hace tiempo, expliqué esta relación entre la sangre y la luna llena a una jefa que tuve y, desde entonces, cada vez que veía el plenilunio decía que temblaba como una gatita.
Algún listo le ha sacado partido al asunto y ha recopilado en un libro las muertes violentas que coincidieron con esa fase lunar ("Los crímenes de la luna llena" de Kit Whitfield, ediciones B), aunque los científicos del XVII congreso de SEMES, celebrado en Mallorca en 2005, determinaron que "la luna no influye incrementando los sucesos por comportamiento agresivo". Es decir, no se mata más; pero tampoco menos...
Lo cierto es que esta noche se manifiesta el "perigeo lunar", que no se repetía desde marzo de 1983. Si mal no recuerdo, coincidió con el mortal descarrilamiento del expreso Madrid-Almería (ése que han suprimido); el crimen de un agricultor de Turre por 19 disparos; un terrible atraco en el Poniente y los violentísimos incidentes del sector pesquero en Adra. Ya saben; si pasa algo, la culpa es del perigeo.

martes, 15 de marzo de 2011

Inosencia

Los políticos, muchas veces, en su afán por salir en los medios comenten torpezas lingüísticas o errores evidentes. No es que critique a quienes no pronuncian correctamente las eses o se comen palabras, porque en eso los almerienses -y yo mismo- somos expertos. Me quejo de aquellos que, aún sabiendo que hablan mal, profundizan en su error para aparentar ser más del pueblo. Ayer mismo una tal Susana, del PSOE andaluz, defendía la "inosencia" del anterior consejero de Empleo; sí ése que en las millonarias prejubilaciones de González Byass puso como fecha de antigüedad en la empresa la de su nacimiento....
Pero estos errores vienen de todo el arco político y desde hace tiempo. Diario de León publicó en 2003 una lista que, perfectamente, está actualizada: dequeísmos («pienso de que»); redundancias ("funcionario público"); el uso de palabras que no existen ("jóvenas", "culpabilizar" en vez de culpar);  el empleo de palabras largas y tecnicismos... Pero claro, hay otros fallos más clamorosos, como ocurre en las campañas electorales cuando el candidato ya no sabe ni qué municipio pisa. Bueno pues éso y que ¡Viva Honduras! (Trillo dixit).

lunes, 14 de marzo de 2011

Las alcachofas del Mercadona

He visto en el Telediario cómo el dueño de Mercadona, Juan Roig, presentaba el informe de los beneficios de su compañía con una alcachofa en cada mano. Buena forma de promocionar los productos frescos de sus tiendas cuando, en realidad, son más caros que en otros comercios. Pero la sorpresa surgió al día siguiente cunado en el incómodo Mercadona de la antigua Estación de Autobuses me encontré con una impoluta caja de madera, colocada estratégicamente y llena de las mismas alcachofas que mostró a los medios el jefe horas antes. Estas estrategias de comunicación, o marketing, son tan antiguas como los mismos productos, pero no todos los altos ejecutivos, presidentes de compañías o directores generales de fundaciones se rebajan a llevarlas a la práctica. Todo lo contrario de los políticos.
Recuerdo que cuando el tiempo hizo coincidir la compra de Dhul por Ruiz Mateos y su detención en Granada por asuntos relacionados con la primera abeja, el empresario ordenó aparcar toda al flota de camiones y furgonetas de reparto de los flanes en la puerta de los juzgados y, posteriormente, envió cajas de ricas natillas y productos lácteos a los periodistas locales que habían cubierto la información. Mi redactor de economía estuvo comiendo flanes durante un mes.
La alcachofas del Mercadona o los flanes de Ruiz Mateos son, en definitiva, fórmulas de promoción del producto que, como dije, son viejas pero que en manos de profesionales tienen un valor potentísimo. 

martes, 8 de marzo de 2011

49

Cumplir años tiene su doble cara; la parte experimental y la sentimental. "Cuanto más viejo, más pellejo", que dice el refrán del Bajo Andarax; pero también los años te hacen vislumbrar el horizonte del futuro imperfecto: acahaques, gafas de cerca y de lejos y un botiquín de urgencia siempre a mano.
Además, esta edad límite, tercer cuarto de la madurez, te mete de lleno en las estadísticas de los potenciales clientes de planes de vejez acelerados y de cuentas para deducir qué miseria te quedará de pensión después de -yo y ahora- tres décadas de romperte los cuernos. Hay distintas encuestas que -sin piedad- te incluyen en el grupo de 49-65, aunque poco tenemos que ver los nacidos en el 62 con los del 46.
Cuarenta y nueve es como la antesala, el entreno de los cincuenta; porque quienes te felicitan -gracias- te recuerdan con dosis de mala leche, ironía o crudeza que el medio siglo lo tienes ya sobre la cabeza. Claro que hay otras personas que -sabiendo tu que son hijas del sesenta y ocho- después compruebas en sus CV que, quizás para querer sumar otras cuentas, saben restar muy bien. Lo dicho, hay que llevarlos con gallardía y sentido del humor. Queramos o no, el 49 todavía nos puede dar la suerte en La Primitiva...

lunes, 7 de marzo de 2011

El lunes tiene mala fama

El lunes tiene mala fama. Quizás por éso, much@s están predispuest@s a levantarse y culpar a los demás de sus incompetencias, de sus greñas despeinadas o de sus anhelos fracasados. Siempre he temido a los lunes de los ineptos; mucho más, cuando el domingo por la tarde se concentran en el SMS para extender su mala follá desde la primera hora del primer día de la semana.
Por éso, cuando te amenacen con un lunes así responde con un inmisericorde desprecio hacia la hostilidad, con una sonrisa a la brutalidad verbal y, porqué no decirlo, con una carcajada interna para el lunátic@. Si el lunes les hace sufrir, tú disfrútalo. ¡Ya vendrá el martes!.