lunes, 17 de octubre de 2011

"Pos mi'jo sá defendío"

UNA de nuestras tradiciones que merece ser conservada para que la estudien las futuras promociones de licenciados en Historia por la Universidad de Granada, con el rigor y la imparcialidad que caracteriza a esta institución académica, trata de la desbandada que se produce en las playas cuando explota la traca del final de la feria de agosto. Para muchos almerienses ese petardazo es la clausura de la temporada de baño playero. Luego, ya ven, estamos a mediados de octubre y en manga corta… Pero, a lo que voy; aprovechando la tranquilidad costera encontramos mesa en primera línea de chiringuito y espacio libre de sobra para que los niños jugaran sin peligro con sus cochecillos de Toys "made in China". Mientras José María y Miguel se ponían de arena hasta los pelos, escuché esta conversación de dos presuntas madres que, eliminando los tacos que acompañaban a cada cuatro palabras, reproduzco casi textual, como ejemplo sociológico de lo que podemos encontrarnos en la terraza de un bar:

"¡Qué mala es la niña de la Tamara!" La Yenifer ésa es el pellejo del diablo. Un bicho.", refunfuñaba una de las mujeres, a pesar de que le caía por la comisura de la boca el tomate de una patata brava. M´an dicho que a la Yenifer -argumentaba la otra, mientras movía el pincho como el Águila Roja su espada- la han regañao ya dos veces. "Pues fíjate. El otro día la Yenifer le dijo "tonto" a mi Cristian y le cogió la "pley". ¡Digo!, a mi Cristian…" detalló la de las bravas, mientras empujaba con el dedo hacia el tenedor el trocillo de papa que le quedaba en el plato.

"T'an mala y jodía como su madre", sentenció la del pincho.

"Pues, claro, mi ´jo se defendió; el Cristian le tiró de los pelos, le dio un puntapié en la barriga y le pisó las manos para que soltara la pley. Ná… cosas de niños. Y encima la asquerosa de la Tamara, le dice que se esté quieto. "A mi Cristian..." "Mi ´jo sá defendío", le dije. "La Tamara es una cerda, pero la culpa la tienen los maestros de la Yenifer, que no enseñan educación; si la niña es mala como su madre, para eso está l´ascuela", sentenció la otra mientras hurgaba con la punta del hierro del pincho en una uña descascarillada. Y encima los maestros quieren ganar más… ¡qué poca vergüenza!" Si yo fuera del gobierno los dejaba a casi tós en el paro". "Son tós unos ladrones", zanjó la conversación la madre de Cristian porque empezó a sonar su Iphone con la sintonía de "La magia del amor" de Camela. Al cabo de un rato explicó:

"Es mi marío; que el Cristian no ha querío comer; ¡ah! y que ha escalabrao de un pedrá al niño del vecino, ése que es medio tonto."

"Pues algo le habrá hecho al pobrecico", justificó la amiga. "Eso digo yo; que se joa"; "eh! chaval, ponnos ahora las dos tapas de papas que están mú güenas".

1 comentario: