Profetas
del “ya lo dije yo”
Por
José Manuel Bretones
Tras
el dolor y las lágrimas que las lluvias torrenciales del viernes 28 de
septiembre trajeron al Levante almeriense, estoy repasando los periódicos
locales de los días posteriores a otras catástrofes o situaciones de emergencia
que se han vivido en la historia reciente de la provincia.
Después
de inundaciones, riadas, temporales de viento, terremotos o derrumbes que se
han cobrado vidas o han provocado en Almería pérdidas millonarias en bienes y
haciendas, los diarios locales han publicado las lógicas reacciones oficiales y
las valoraciones ciudadanas. Pues tras esas desgracias, siempre, han aparecido
en sus páginas los “profetas del ya lo dije yo”; sujetos que con una autoestima
insultante y sin pudor alguno predican sobre el barro del desastre y
“recuerdan” que ya ellos adelantaron que lo que pasó iba a pasar.
Estos
curiosos visionarios del pasado tenían hueco en la prensa local del siglo XIX,
tras las inundaciones del 11 de septiembre de 1891, y han seguido copando
espacio en el siglo XX. Ahora, con la tragedia reciente y el lodo de los
pueblos del Levante aún por recoger, ya están saliendo estos “profetas del ya
lo dije yo”. Sólo que en esta ocasión argumentan sus teorías pretéritas en un
sinfín de normas, leyes y decretos de las administraciones local, central y
autonómica para, como históricamente ha ocurrido, culpar del mal a los
políticos y a los empresarios. No digo yo que unos y otros carezcan de
responsabilidades en algunas cuestiones relacionadas con la prevención de las
catástrofes, pero algo tendrá que ver también el resto de ciudadanos o
administraciones…. También es verdad que, si fuera por algunos de estos
profetas que llevan el ecologismo hasta la estupidez, los hombres vestiríamos
todavía con taparrabos y nos colgaría una larguísima barba de color blanco.
En
esta búsqueda en el papel prensa he encontrado, además, extrañas teorías
matemáticas por las que, con las fechas de los desastres vividos en Almería
sobre la mesa, afirman que cada 61 años la provincia vive un cataclismo
meteorológico. El próximo debe ser en el
otoño del año 2073. Yo no es que quiera ser
como esos “profetas del ya lo dije yo”, pero supongo que para ese año no
habrá aulas prefabricadas en los colegios, ya estará concluida la conexión a
Málaga por autovía, las líneas de AVE con Madrid y Sevilla y, quizás, el
soterramiento de las vías del tren. Dicho queda, porque, desde luego, no lo voy
a ver.
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