Así es la calle Arapiles cuando la ciudad se despereza,
cuando los ciudadanos inician la rutina diaria. Un vecino en pijama que saca
la cabeza entre macetas para comprobar si llueve, una cortina entreabierta por
la que asoma una joven despeinada y con ojeras… por Arapiles marchan los niños de uniforme cargados
con sus mochilas camino del lejano colegio concertado al que entraron con
trampas; por allí caminan temblorosas y recién perfumadas con colonia de
mercadillo las pensionistas que van ideando qué comer para estirar su mísera
pensión de viudedad; la calle Arapiles es el camino recto para quienes se
tuercen en la vida ya que a tiro de piedra se encuentran la Hacienda del
Estado, la Hacienda de la Junta, el CSIF, el Gobierno Civil y la Comandancia de
Marina. Mucho formalismo para tan pocos metros.
Pues hemos sabido que todo eso, el aire mañanero, los
rayitos de sol, los escolares píos, las viejecicas aromatizadas, el tío en
pijama… era registrado, controlado y grabado por una de las nueve cámaras que
el democrático gobierno autonómico de izquierdas –ése al que le gusta tanto
supervisar el bien de sus súbditos- autorizó a enchufar en la puerta de su delegación
provincial de Hacienda y Administración Pública. Como la Agencia de Protección
de Datos investiga tamaña osadía contra la intimidad peatonal y vecinal hemos
podido conocer la existencia de esos dispositivos.
Y digo yo que siendo ésa la delegación que gestiona la
Administración Pública –y por tanto a los funcionarios- y con tanta cámara grabando,
cómo la consejera-cirujana Aguayo no ha detectado la presencia diaria en sus
puertas de tanto peoncito mañanero perdiendo el tiempo. Todas las jornadas laborables,
durante veinte minutos y hasta las ocho, un nutrido grupo de empleados públicos
que –eso sí, ya han fichado- desarrollan con tranquilidad las labores propias
para engrandecer Andalucía: hablan de fútbol, del fin de semana, ponen verde al
jef@, se quejan del estrés, enlazan días de asuntos propios, wasapean... Mientras, son
grabados por nueve cámaras. Es la nueva versión de Gran Hermano: Arapiles.
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