miércoles, 25 de enero de 2012

Almería reclama sus infraestructuras en años bisiestos

Los bisiestos son años peculiares, no ya porque tienen un día más, sino porque se recuerdan de forma distinta. Tanto, que los nacidos en esta jornada de 24 horas adherida al calendario han creado una asociación que los agrupa y que se denomina “El club mundial de los bisiestos”. Es raro nacer, morir o contraer matrimonio en una fecha que sólo se repite cada cuatro años, pero la historia de Almería también se escribe con acontecimientos ocurridos en años bisiestos. Es casualidad que se haya firmado el convenio del soterramiento en año bisiesto, como bisiesto fueron los años en los que Almería reclamó con mayor fuerza la llegada del ferrocarril a la ciudad.
En el año 1880, el 29 de febrero cayó en domingo por lo que la clase política y social descansaba. No obstante, la prensa de la época utilizó ese día como argumento para criticar la tardanza en adjudicar la subasta de la línea férrea de Linares a Almería: “¿A qué se espera?” -se cuestionaba “La Crónica Meridional”- “¡Ahora o nunca!. La provincia espera esto con ansia, acabemos de una vez. Acabe de una vez tanto entorpecimiento y tanta traba y salga la provincia de su encantamiento parqa sabe en definitiva a qué atenerse hoy que no encuentra más que ruina en sus comarcas, hambre en los pueblos y sed de trabajo en todos los jornaleros…”.
En 1908, hace un siglo y 4 años, el 29 de febrero fue la fecha elegida por una delegación de políticos almerienses, encabezados por el alcalde Eduardo Pérez, para regresar de Madrid donde exigieron a las autoridades nacionales mayor atención a la provincia porque se consideraba “la cenicienta de España”.Sin ánimo de comparar, fue una comitiva similar a la que hace unos días se desplazó a la capital de España para rubricar el soterramiento del tren.
Curiosamente también las infraestructuras, pero en este caso marítimas, centraron la actualidad almeriense del 29 de febrero de 1912, hace 100 años. La desaparición del vapor-correo diario que realizaba el trayecto entre Almería y Melilla originó una movilización de ciudadanos que, bajo la convocatoria de un mitin, pedían el restablecimiento de la conexión. “La Crónica Meridional” editorializaba así: “Cuando los pueblos son fuertes como nosotros queremos que lo sea Almería, no hay que reclamar del poder público gracia sino justicia y esta se pide, se exige, no se ruega o se suplica. Es una excelente idea organizar un mitin para pedir el establecimiento del vapor-correo diario con Melilla. Es una actitud de viril energía que los elementos vivos del país reclamen para la prosperidad de Almería todo aquello a que se tiene derecho”.
De igual modo, en 1964 –también bisiesto- los ciudadanos comprobaron cómo sus exigencias por tener aeropuerto –inaugurado dos años después- serían realidad.

TRAGEDIAS

En 1888, también bisiesto, Almería sufrió un fuerte temporal de lluvia y nieve. Ese 29 de febrero se evaluaban, como se podían, las consecuencias de la catástrofe y destaca un auto del gobernador civil ordenando a los alcaldes de varias localidades almerienses a resolver el problema del derrumbe de las escuelas: “Habiendo tenido el gobernador conocimiento de que a consecuencia de los últimos temporales de lluvias y nieves se habían cerrado las escuelas públicas de Fondón y Enix, por el estado ruinoso de los edificios, ha ordenado a los alcaldes de dichos pueblos que proporcione, en el precioso término de ocho días, locales-escuelas a fin de que no sufra retraso alguno la enseñanza primaria.”
El último bisiesto del siglo XIX fue el año 1896. Debería haber sido el año 1900 pero cuando el papa Gregorio XIII decretó el calendario moderno de los bisiestos incluyó que no lo serían los años centenarios, excepto los que podían ser divisibles por 400. Por ello, 1900 no fue bisiesto pero el año 2000 sí. Pues en 1896 el 29 de febrero se supo en Almería que un ilustre paisano nuestro, el escritor de Gérgal, José Antonio Julián Montero y Vidal fue nombrado gobernador civil de la provincia de Santa Clara, en Cuba. Un almeriense que ya había desempeñado otras funciones administrativas en la isla y en Filipinas. Montero y Vidal fue autor de siete libros sobre las Islas Filipinas y otros temas; en 1891, la Reina Regente María Cristina le concedió la Cruz de Oro de 3ª Clase de la Orden del Mérito Militar y fue
Miembro de la Real Academia de la Historia.
En cambio, en la Almería del primer año bisiesto del siglo XX, 1904, las actuaciones y representaciones comenzaban a llegar. Pese a que el 29 de febrero de 1904 era lunes, los almerienses tuvieron la oportunidad de elegir un concierto del tenor Cecilio de Urgoiti, en el Café Suizo, o una representación en el Teatro Variedades de zarzuela a cargo de la compañía de Guardón y Nadal, que ofrecieron temas como “El puñao de rosas” o “La corría de toros”.
Cuatro años más tarde, en el bisiesto 1916, el Ayuntamiento de Almería publicó las tasas aprobadas para quienes quisieran circular por el Paseo durante las fiestas del Carnaval. Los archivos guardan, casi un siglo después, que aquel impuesto “sobre carruajes” obligaba a pagar cinco pesetas a los propietarios de coches de caballos, diez pesetas a los que condujeran un vehículo a motor “por llevar tartanas diez pesetas; por carrozas, quince y caballerías con montura, tres pesetas”.
También los precios fueron protagonistas del 29 de febrero de 1920, cuando la prensa de la época –en concreto “El Día”- hacía referencia a la visita diaria que realizaban los periodistas al despacho del gobernador civil para recabar información de la provincia. “En la visita a la primera autoridad nos manifestó que no ocurría nada de particular en la provincia y nos dijo que sólo tenía una noticia local: que desde el 1 de marzo se venderá el aceite por los detallistas del comercio al precio de setenta y cinco céntimos el medio litro”.
También de economía doméstica nos vienen las noticias del bisiesto 1924. Los diarios provinciales publicaron la relación de precios de la venta de pescado fresco, sobre todo por el cambio de coste que había supuesto el temporal que azota a la provincia. Como dato curioso, hace 84 años en el mercado central un kilo de pescada costaba 2 pesetas el kilo; 1 peseta un kilo de langostinos; la bacaladilla 60 céntimos; la bacaladilla 1,20 pts. o el cazón 1,5 pts.
Cuatro años más tarde, en 1928, el 29 de febrero se convocó reunión de la comisión Permanente del Ayuntamiento de Almería para abordar distintos asuntos. Quizás el más importante fue el auto del Tribunal Provincial de lo Contencioso Administrativo obligando al Consistorio a modificar el presupuesto del año anterior porque no incluyó un crédito solicitado al vecino José Pérez López. También el alcalde tuvo que hacer frente a la dimisión del sepulturero municipal, al pago de 85 pesetas por la compra de mil kilos de cargos y dio lectura a una carta de Eduardo Díaz de Mendoza agradeciendo que la ciudad dedicara una calle a su esposa. También tenía carácter municipal la información del bisiesto 29 de febrero de 1932, cuando el alcalde de la ciudad suspendió la sesión ordinaria por las numerosas ausencias de concejales. Tan pocos asistieron que el presidente de la Corporación tuvo que levantar la reunión. Esta decisión provocó que el grupo socialista, autodefinido como minoritario, emitiera un comunicado explicando que ellos sí asistían a las convocatorias “salvo causas de fuerza mayor justificadas”.
El último bisiesto antes de la Guerra Civil fue precisamente el año que estalló. El 29 de febrero de 1936 Almería vivió un temporal de frío que provocó –según reflejaba La Crónica Meridional-enfermedades, un sinnúmero de catarros y afecciones gripales”. 


Almerienses centenarios de un año bisiesto

Hace justo un siglo, “el juzgado municipal” era el encargado de inscribir a los nuevos almerienses y a quienes fallecían. Aunque el 29 de febrero de 1908 fue sábado en las actas figuran varias personas que nacieron en la capital y que pudieron ser inscritas. Hoy, tendrían 104 años. Se trata de María de la Aurora Hernández Muley; Antonio Morilla Alonso; Carmen Roca Fernández y María Fernández Gómez. Del mismo modo, fallecieron en Almería Francisco García Cantón; Emilia Moya Iniesta y María Josefa Hernández Rodríguez. Finalmente, como dato curioso, los matrimonios que se inscribieron en ese sábado 29 de febrero, de hace justo un siglo fueron: Juan Vega García con Manuela Castillo Pardo; Juan Román Donaire con Josefa Herrada Hernández; Manuel Palenzuela Martínez con Carmen Segura Blanes; Manuel Flores Rodríguez con Josefa Segura Cazorla; José Ramón Andujar con Francisca López Ramos; Francisco Cruz Ruiz con María de la Aurora Mullor Mullor y Antonio Ramón Esteban con Rosa Ramón Mayoral.

1 comentario:

  1. Con apoyo y todo. ¿En qué periódico saldrá? Estoy intrigado por ver la foto que le pondrán, ¿será bisiesta? :-)

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