martes, 25 de octubre de 2011

“Almería sin salidas” y así se escribe la historia



El éxito y la acertada celebración del 125º aniversario de la Cámara de Comercio ha refrescado en la memoria, y en el papel, la campaña de publicidad “Almería sin salidas” que, impulsada por los empresarios, tenía como objetivo reivindicar mejores infraestructuras para la provincia. Los lectores más jóvenes no sabrán que, a finales de los años ochenta, en Almería no existía ni un metro de autovía, eran necesarios noventa minutos de coche para llegar a Adra, los trenes con Madrid y Barcelona eran chatarras autopropulsadas con gasoil y embarcar en el aeropuerto era un caos tal que hasta 140 tour operadores amenazaron con no traer más turistas por sus malas condiciones, a pesar de ser el segundo andaluz con mayor tráfico de viajeros. Este aislamiento no impedía que Almería empezara a escalar puestos en la clasificación del PIB nacional gracias a sus emprendedores y al esfuerzo del miles de trabajadores.
No debemos olvidar que, hace un cuarto de siglo, la Junta de Andalucía tenía diseñada la autovía A-92 entre Sevilla y Baza, dejando marginada a la provincia, se proyectaba el cierre definitivo de la línea de ferrocarril Guadix-Almendricos, que atravesaba la comarca del Almanzora o la carretera de El Cañarete era un atasco permanente.
Ante una administración central y autonómica sorda a las exigencias de los colectivos de Almería, el 13 de mayo de 1987 –en plena precampaña electoral de las elecciones locales y europeas de junio- el recién nombrado presidente de la Cámara de Comercio, José Vallejo Osorno, ofreció una durísima rueda de prensa para denunciar la marginación de Almería, leer un manifiesto y anunciar la creación de una comisión de seguimiento para exigir la llegada de nuevas y modernas infraestructuras. Vallejo Osorno compareció junto a José Tara, presidente de los hosteleros, Francisco Martínez-Cosentino Justo, presidente de los empresarios del mármol, Miguel Santaella, presidente de Asempal, Juan Antonio Petit, presidente de Coexphal, Jerónimo Molina, gerente de Coexphal y José María Cosano, secretario de la Cámara de Comercio. Todos los sectores productivos de la provincia – comercio, agricultura, turismo y hostelería y mármol, estaban representados en esa comisión que, en su manifiesto, definía a las infraestructuras de Almería como “deficiencias de dotaciones”, “precaria situación” o “clara discriminación con otras provincias”.  Fue el germen de la creación de la Mesa de las Infraestructuras y de la campaña de publicidad “Almería sin salidas”. Diseñada de forma eficaz, simple y directa hablaba de “Almería, en la cuneta”; “Para el 92 perdemos el tren” y “Nuestro crecimiento en el aire”. Muchos medios de comunicación –no todos- se comprometieron a insertarla en sus páginas y programas de radio de forma gratuita, como altavoz de las necesidades de la provincia.
Aquella denuncia empresarial en plena batalla electoral, con el socialista Martínez Cabrejas luchando por mantener la mayoría absoluta en la capital –que al final perdió- y con el lema del PSOE “Las cosas bien hechas”  se tomó como una afrenta casi personal por los dirigentes socialistas provinciales. Blas Díaz Bonillo –presidente del partido- José Antonio Amate –secretario general- y Tomás Azorín Muñoz –ex gobernador, ex delegado del gobierno en Andalucía y presidente de la Diputación- veían cómo la patronal almeriense –y tímidamente la federación de UGT liderada por Bernabé Navarro- molestaban a sus jefes políticos de Sevilla. Lógicamente, activaron sus armas de contraataque en medios de comunicación y tribunas afines para restar importancia, si no menospreciar, al significativo movimiento empresarial. Así, hubo retirada de publicidad institucional a los diarios y emisoras que se hacían eco de las reivindicaciones, maniobras para atenuar el golpe de efecto empresarial y, lógicamente, reacciones periodísticas de quienes defendían –legítimamente, no hay que olvidarlo- la postura de la Administración. Casualmente, “Almería sin salidas” no aparecía en los medios gestionados o controlados por personas cercanas al partido en el poder. Sé lo que digo porque aquella historia la viví en primera persona como director de un periódico que “osó” dar crédito – también legítimamente – a las reivindicaciones de mejoras para Almería y espacio en el papel a los anuncios de la genial campaña “Almería sin salidas”.
Bueno, pues una de las estrategias periodísticas para desinflar la comisión creada por José Vallejo Osorno fue la de publicar y publicar entrevistas e informaciones emanadas desde la Administración para ridiculizar a quienes pedían para todos autovías y ferrocarril. Aún recuerdo la terrible doble página del verano del 87 en la que el entonces consejero de Cultura, Javier Torres Vela, decía que él venía a Almería de vacaciones “por el placer de no hacer nada” y que los empresarios que estaban invirtiendo en Almería “no eran de Almería”. O, también, cómo el entonces gobernador civil de la provincia Pedro Miguel González Márquez  definió -en su periódico de cabecera-a Vallejo Osorno “de poco razonable y contradictorio”,  las denuncias empresariales de “propaganda feroz” y a la patronal de “pueblerina” porque quería que el tren pasara por su comarca. Otro personaje al que le dieron páginas y páginas fue a Tomás Azorín, quien sin miramientos azotó a los empresarios con dureza en su discurso institucional de toma de posesión como presidente de la Diputación. En los planes de inversiones de Obras Públicas la reprimenda a Almería fue que la A-92 atravesara los Vélez y no la comarca del Mármol –como en su día temía Martínez-Cosentino-, que se cerrara la línea de tren del Almanzora y que el primer tramo de autovía Almería-El Alquián no llegara hasta los años noventa. José Vallejo lo resume perfectamente en el libro editado por Diario de Almería con motivo del aniversario de la Cámara: “La Junta nos castigó…”.
Pero, a lo que voy; 24 años después de aquel pulso, que aún hoy sigue vigente, leo con estupor que quienes –legítimamente, nunca lo olvidemos- defendieron la postura de una administración cicatera con nuestros intereses generales se convierten, ahora, en los abanderados de aquella movilización social en pro de las infraestructuras. Poco menos que gracias a su gestión informativa y sus ancestros revolucionarios tenemos autovías y un AVE en ciernes. Manipular es habitual en quienes escriben la historia convirtiendo a los vencedores en vencidos, pero mientras existan las hemerotecas y funcione la memoria a mí, al menos, no me engañan.

lunes, 17 de octubre de 2011

"Pos mi'jo sá defendío"

UNA de nuestras tradiciones que merece ser conservada para que la estudien las futuras promociones de licenciados en Historia por la Universidad de Granada, con el rigor y la imparcialidad que caracteriza a esta institución académica, trata de la desbandada que se produce en las playas cuando explota la traca del final de la feria de agosto. Para muchos almerienses ese petardazo es la clausura de la temporada de baño playero. Luego, ya ven, estamos a mediados de octubre y en manga corta… Pero, a lo que voy; aprovechando la tranquilidad costera encontramos mesa en primera línea de chiringuito y espacio libre de sobra para que los niños jugaran sin peligro con sus cochecillos de Toys "made in China". Mientras José María y Miguel se ponían de arena hasta los pelos, escuché esta conversación de dos presuntas madres que, eliminando los tacos que acompañaban a cada cuatro palabras, reproduzco casi textual, como ejemplo sociológico de lo que podemos encontrarnos en la terraza de un bar:

"¡Qué mala es la niña de la Tamara!" La Yenifer ésa es el pellejo del diablo. Un bicho.", refunfuñaba una de las mujeres, a pesar de que le caía por la comisura de la boca el tomate de una patata brava. M´an dicho que a la Yenifer -argumentaba la otra, mientras movía el pincho como el Águila Roja su espada- la han regañao ya dos veces. "Pues fíjate. El otro día la Yenifer le dijo "tonto" a mi Cristian y le cogió la "pley". ¡Digo!, a mi Cristian…" detalló la de las bravas, mientras empujaba con el dedo hacia el tenedor el trocillo de papa que le quedaba en el plato.

"T'an mala y jodía como su madre", sentenció la del pincho.

"Pues, claro, mi ´jo se defendió; el Cristian le tiró de los pelos, le dio un puntapié en la barriga y le pisó las manos para que soltara la pley. Ná… cosas de niños. Y encima la asquerosa de la Tamara, le dice que se esté quieto. "A mi Cristian..." "Mi ´jo sá defendío", le dije. "La Tamara es una cerda, pero la culpa la tienen los maestros de la Yenifer, que no enseñan educación; si la niña es mala como su madre, para eso está l´ascuela", sentenció la otra mientras hurgaba con la punta del hierro del pincho en una uña descascarillada. Y encima los maestros quieren ganar más… ¡qué poca vergüenza!" Si yo fuera del gobierno los dejaba a casi tós en el paro". "Son tós unos ladrones", zanjó la conversación la madre de Cristian porque empezó a sonar su Iphone con la sintonía de "La magia del amor" de Camela. Al cabo de un rato explicó:

"Es mi marío; que el Cristian no ha querío comer; ¡ah! y que ha escalabrao de un pedrá al niño del vecino, ése que es medio tonto."

"Pues algo le habrá hecho al pobrecico", justificó la amiga. "Eso digo yo; que se joa"; "eh! chaval, ponnos ahora las dos tapas de papas que están mú güenas".

jueves, 13 de octubre de 2011

Carta urgente

Un día de primavera, mi padre llegó a la casa muy contento. Un cliente de la imprenta le había mandado unos originales desde el pueblo almeriense de Doña María y la carta le había llegado. Nada extraño en una época en la que Correos funcionaba, si no llega a ser porque en el sobre las únicas señas que aparecían escritas eran “Bretones”  y la localidad de destino: “Almería”.
En un alarde de profesionalidad, quizás por el remitente, quizás por la costumbre o por la frecuencia en recibir cartas, el caso es que la sobre con los textos llegó felizmente a sus manos.
Hoy pones en una carta sólo un apellido del destinatario y la localidad donde reside y hasta el león con la boca abierta que hace de buzón en el cochambroso edificio de Correos se parte de risa y te la escupe a la cara. Desde que llegaron los códigos postales, los sobres de auto franqueo, los sobres verdes y los números de carnicería para esperar a que te cobren, el servicio universal postal ha cambiado. Aquellos carteros con uniforme de cartero y sacas de cartero han desaparecido. Es verdad que, por el peso de la correspondencia, casi todos terminaban lisiados de la espalda, pero no había un destinatario que se quedara sin recibirla. Hoy se te olvida poner el cerillo al piso donde vive la persona a la que le escribes y la carta queda huérfana y desprotegida en el portal de la vivienda, pinchada en el pico de un buzón ajeno. Es verdad que los medios tecnológicos y de transporte han mejorado el trabajo a los carteros; ahora van con motillos en lugar de ir caminando o tirando de carritos, en vez de cargar sacas.
Cuando por las tardes veo las Piaggio amarillas de Correos subir a toda velocidad la zona peatonal de la Plaza Marqués de Heredia, sorteando niños con bicis y niñas con patinetes, pienso ingenuamente que portan cartas urgentes en su maletero para entregarlas cuanto antes a sus destinatarios. Pero parece que no; que atraviesan por la plazoleta para llegar rápido al final de su jornada. Eso me dijo el padre de una chiquilla que, pacientemente, apunta las matrículas de las motillos que ve rodar por la plaza peatonal a todo guiñapo. “Por si un día pasa algo…”, dijo.
Comento  esto porque el otro día envié una carta urgente a una dirección de la propia capital y la amable señora que me atendió dijo que, a pesar de su tasa de urgente, no llegaría al día siguiente y quizás tampoco al otro porque era sábado, ya que eran las siete y media y el envío ya había salido a Granada.
- ¿A Granada?, pregunté. Pero si la carta va cuatro calles más allá…
- Sí, pero todas las cartas que salen de Almería van a Granada, aunque el destinatario sea de Almería….
Me fui sin entender nada y acordándome de cómo aquella primavera mi padre llegó feliz porque recibió una carta en la que sólo ponía “Bretones” y “Almería”.

miércoles, 5 de octubre de 2011

“Dora la Exploradora” y el grupo Titán

Viendo con mis hijos en “Clan” un capítulo de los dibujos animados llamados “Dora la Exploradora” he recordado los parabienes que recibió, en su día, el “Grupo Titán” de la Policía Local de Almería.
El recuerdo me vino cuando en la serie animada salió a escena un personaje secundario, el villano de la trama, que siempre pretende hurtar los juguetes que llevan la niña Dora y su mono “Botas”. Se trata de un zorro ladrón llamado “Swiper” que nunca roba porque la protagonista de los dibujos y su simio mascota le responden con educación, sin gritar y de forma contundente: "¡Swiper, no robes!, "¡Swiper, no robes!"; ante lo que él contesta educadamente “Jolín” y se va con sigilo. Vamos, como el grupo Titán de la Policía Local y los chorizos que detiene.
Confieso que la sola presencia peatonal de los miembros de esta unidad –ahora disuelta por la concejala y teniente de alcalde María Muñiz- imponía; bueno, quiero decir acojonaba. Todavía me acuerdo cuando, hace varias ferias de agosto aparecían de sopetón por las esquinas pidiendo los “deneís” de los alegres bebedores del botellón. Su puesta en escena y sus contundentes modales dentro de la legalidad vigente eran un azote para el malhechor: uniforme negro, botas castrenses o cinturón del que colgaban mil y un utensilios para atrapar, inmovilizar o retener al delincuente más malo del mundo que pretendiera incumplir las ordenanzas municipales. A un “pintas” de los que van acosando por la calle a las viejecicas le decías “déjala o llamo a los titanes” y salía corriendo como alma que lleva el diablo Cuesta de los Callejones abajo. La hemeroteca está llena de actuaciones y elogios de los políticos gobernantes para esta unidad que ahora muere con una simple firma. Está claro –como decían en la película de “Indiana Jones” rodada en Almería- que la pluma siempre vencerá a la espada; y un decreto firmado en un trozo de papel ha disuelto la unidad, a pesar de sus eficaces actuaciones.
Las peripecias callejeras de los héroes del “Grupo Titán” fueron, incluso, tema para un reportaje emitido por Antena 3 Televisión, allá por el mes de noviembre del año 2007. A los Mossos Des Quadra se ve que les gustó mucho el reportaje porque lo han subido al “YouTube”. Mis compañeros periodistas Isabel Jiménez y Alberto San Felipe patrullaron con los “titanes” detrás de drogatas, ladrones de motos y chorizos de medio pelo y, al igual que “Dora la Exploradora” utiliza el eficaz argumento verbal de "¡Swiper, no robes!”, los policías locales almerienses emplearon otro argumento que no admitió reproches: los grilletes. Toda España lo vio. Grupo Titán, tras el arduo servicio, descansa en paz.